A los bajos precios y la desaceleración de la economía china, se une el vacío de gobernabilidad. Así lo afirma, el profesor Carlos Alberto Vargas J. del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
Según el docente, “el futuro de los programas sociales de los gobiernos depende de encontrar salidas viables a los mencionados factores. Para ello, las petroleras latinoamericanas necesitan recuperar posturas éticas y aminorar la burocracia”.
En su análisis, el profesor Vargas menciona que entre los diversos problemas que convergen en la coyuntura petrolera de algunos países latinoamericanos, sobresalen la volatilidad del barril de petróleo en los últimos años; la falta de visión por desaprovechar dos lustros de bonanza a precios altos (con precios por encima de los 50 dólares); las erradas visiones del negocio que no promovieron dinámica en otros sectores; el cambio de directivas en los entes reguladores y las NOC (compañías nacionales de petróleo, por sus siglas en inglés) bajo promiscuidades políticas; el escenario geopolítico y religioso que confronta Irán y Arabia Saudita; y la desaceleración de la economía China, debido a cambios en su estrategia productiva.
Frente a este escenario, merece la pena analizar el rol de las NOC en el actual contexto económico y su impacto en la realidad regional, concretamente en las cuatro compañías más importantes de Latinoamérica.
Ecopetrol
Ante el éxito de las ofertas públicas de acciones (septiembre de 2007 y julio de 2011 en la Bolsa de Valores de Colombia y septiembre de 2008 en la Bolsa de Nueva York), un sentimiento de optimismo traspasó fronteras.
Bolsillos llenos, accionistas ilusionados y un gobierno crédulo de bonanza, indujeron un plan agresivo de inversiones y diversificación en el que adquirieron activos estratégicos.
“Por vía especulativa los inversionistas pagaron varias veces el precio de la acción en libros y el costo de la estatal superó el valor de Petrobras, a pesar de tener menores reservas y producción. Con la caída del barril, los supuestos del acierto exploratorio, aumentó en producción y el éxito de las inversiones no respondieron a las expectativas de quienes pagaron más por un éxito futuro”, afirma.
Ahora, la fórmula de “buena administración” contempla reducción de inversiones en temas nucleares, como la exploración, algunos campos y desinvertir en activos que fueron comprados a altos costos. El impacto fiscal rodea el 250 %, con respecto a 2013, y con ello se esfumaron programas sociales proyectados en los planes nacionales de desarrollo para 2015–2018. Además, el impacto sobre la economía de amplias regiones de Colombia ha sido implacable, sin contar que la deuda y los pagos retrasados a terceros por la estatal han generado quiebras y desaceleración de la industria.
Por otra parte, destaca el profesor Vargas, quizás sea injusto referirse a corrupción en Ecopetrol sobre el único caso mediático denunciado. El asunto PetroTiger podría evidenciar una mínima expresión en dicha cultura; sin embargo, aunque el presidente Juan Manuel Santos asegura que temas como Reficar no prueban desvío de recursos, sobornos o robos, es claro que la corrupción no siempre se presenta en estas formas.
Petróleo Brasileiro S.A. (Petrobras)
En opinión del docente, el impacto de Petrobras en la economía es contundente, así la percepción de mala época se confirma con la desaceleración brasileña.
Bajo el postulado de reducción de gastos e inversiones en más del 35 %, esta empresa generó efectos nefastos sobre empresas subsidiarias, proyectos sociales e infraestructura del gobierno, proveedores y proyectos estratégicos para la compañía. El efecto fue una contracción económica que pudo superar el 1,7 % del PIB para el tercer trimestre de 2015.
Detrás de este escenario aparece la drástica caída del barril y la subestimación de las inversiones necesarias para impulsar los yacimientos del presal (ubicados en aguas ultraprofundas a lo largo del litoral brasileño). “Sin lugar a dudas, el tema más importante lo constituye la serie de escándalos donde confluyen posturas políticas y de clases con corrupción en todos los niveles del gobierno, v.g. Lava Jato (“donación obligada” por contratistas de Petrobras a partidos de al menos cuatro presidentes: Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio Lula da Silva, Fernando Collor de Mello y Dilma Rousseff)”, señala el experto en su análisis publicado en UN Periódico.
Por tanto, añade, al tratarse de una empresa estrictamente mixta, motivó demandas internacionales debido a su inadecuado manejo y bajo rendimiento.
Petróleos Mexicanos (Pemex)
Por casi una década, México estudió una reforma constitucional para adaptar sus expectativas energéticas al nuevo escenario mundial; ese tiempo coincidió con el periodo de altos precios. La puesta en marcha de la Reforma Energética, promulgada en diciembre de 2013, condujo a Pemex a condiciones de desequilibrio competitivo, y la expectativa de Licitaciones para la Exploración y Explotación de Yacimientos (2015–2029) se redujo.
Según el docente, ante la caída del precio en 2014, la adaptación de la industria mexicana a este contexto es mínima y por el contrario ha estado expuesta a declives en su actividad, principalmente por recortes en inversión, despido de personal, suspensión de proyectos estratégicos y expectativas de retorno de campos asignados en la Ronda Cero (proceso a través del cual el Estado asigna a Petróleos Mexicanos las áreas exploratorias para seguir trabajando). Uno de los problemas de fondo es la reducción anual en el número de contratos, como estrategia para la reducción de costos; además, el retardo en pagos a toda la cadena de abastecimientos y servicios provistos por la industria local.
El recorte de recursos, la caída de producción y algunos visos de corrupción en Pemex han impactado negativamente a la estatal mexicana. Pero “uno de los temas neurálgicos se encuentra en la confrontación de funcionarios de la administración del actual presidente de ese país, Enrique Peña Nieto”, menciona.
Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa)
Para el analista, no era extraño esperar una mayor contracción económica en Venezuela debido a los bajos precios del crudo y la paupérrima administración de la Estatal Petrolera. Un elevado porcentaje de su rentabilidad y algunos de sus activos se han destinado a respaldar el discurso bolivariano.
Si bien su orientación fue apalancar programas sociales de Venezuela, como la Gran Misión Barrio Nuevo, los dogmas del “socialismo del siglo XXI” derivaron en el financiamiento de complejas causas regionales, entre ellas la puesta en marcha de Petrocaribe, para suministro barato y financiado de hidrocarburos en países aliados de Venezuela; o propuestas en contra del fracturamiento hidráulico y la explotación de recursos no convencionales, para confrontar empresas de Estados Unidos en la región.
Pdvsa ha quedado sin margen para inversiones y con retrasos destinados a honrar títulos de deuda y obligaciones. A esto se añade, según plantean algunos críticos, el reciente escándalo sobre el desvío de 60.000 millones de dólares en el marco de la crisis energética que sufre Venezuela, así como el lavado de dinero en banca europea por exfuncionarios venezolanos y “bolichicos”, o la nueva generación de ricos de los tiempos chavistas, según lo propuso el escritor venezolano Juan Carlos Zapata en 2010.
Parafraseando a Daniel Kaufmann, exdirector de Programas Mundiales en el Instituto del Banco Mundial: “el abuso de la función pública en beneficio privado” representa el típico comportamiento arraigado en la cultura institucional de las NOC. Para nadie es un secreto que estas precisan su existencia con el fin de viabilizar amplios programas sociales de sus gobiernos.
Por eso, asumir una apropiada gobernabilidad a partir de posturas éticas y transparentes en todos sus cargos, sin incremento de la burocracia y al apropiar decisiones técnicas independientes del gobierno, es un camino que las hace viables.
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*Por: Agencia de Noticias UN