Solo el grado de contundencia de los resultados del plebiscito del próximo 2 de octubre brindará señales claras de la sociedad al Ejército de Liberación Nacional (ELN) sobre la inviabilidad de la guerra y la necesidad de sentarse a conversar.
Así lo advierte el profesor Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento a los Diálogos de Paz de la Universidad Nacional de Colombia, que próximamente iniciará un estudio sobre la incorporación de los desmovilizados.
Para el experto, el resultado de la refrendación de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC, fruto de una pedagogía para difundir de la mejor manera los beneficios de la paz, será paralelamente una señal determinante para un eventual diálogo con el ELN.
El académico subraya que dicha pedagogía no puede concebirse como de exclusiva responsabilidad del Gobierno y la guerrilla de las FARC, muy a pesar de que no está habilitada para hacer ningún tipo de campaña por el “sí” en el plebiscito porque aún no ha dejado las armas, tiene una tarea de similares proporciones en sus bases.
De hecho, buena parte del positivo impacto, que tengan los voceros con sus miembros rasos para saber transmitir el contenido de las 297 páginas de lo acordado y sus bondades, incidirá en que haya el menor número posible de disidencias al interior de las FARC.
Ese es uno de los principales retos de este grupo, que en su próxima conferencia deberá definir el número de miembros que saldrán de la ilegalidad.
Una vez la FARC tengan consolidadas sus listas, el Estado podrá definir el presupuesto exacto para atender a esa población de desmovilizados los dos primeros años, a partir de la firma de los acuerdos. Para ellos se contempla la asignación del 90 % de un salario mínimo mensual, cerca de 600.000 pesos por cada integrante, durante los 24 meses posteriores a la firma.
Para el director del Centro de Pensamiento, creado casi de manera paralela al inicio de los diálogos en La Habana, a finales de 2012, el factor clave es que quienes son partidarios de poner fin al conflicto sean capaces de explicar el sentido de dichos acuerdos, por lo que conocer la información será trascendental.
“Esta no es ninguna elección tradicional, está en juego la creación de un nuevo país y su futuro. Luego, si muchos colombianos asumimos eso como tarea pedagógica de la cotidianidad será un mensaje también contundente para el ELN, para que actúe en consecuencia ahora o frente al Gobierno que venga”.
Aunque las voces que más se escuchan son las institucionales, como las de los partidos, la refrendación que habrá en seis semanas –dice el profesor Vargas- no es un plebiscito que se ganarán los políticos, sino la sociedad, que debe ser la protagonista. Desde el ciudadano de a pie en el seno de su hogar o lugar de trabajo, hasta las universidades, las empresas, la iglesia, los sindicatos, entre otros actores, cumplen un papel central, agregó.
Para el profesor Vargas, no dejarle esa tarea exclusivamente al Gobierno y a las FARC es uno de los componentes esenciales para alejar esas suposiciones de los adversarios sobre el “sí”, con argumentos como “Colombia va camino a convertirse en una nación Castro-Chavista”, que cala en la gente, pero por simple desinformación, concluyó.