Ubicado sobre la calle 70, entre carreras 10 A y 11, el parque Marconi, más conocido como parque Carulla, fue descubierto un pedestal que carece de monumento.
Durante la recuperación de áreas verdes que realiza el Distrito y varias empresas privadas del barrio Quinta Camacho, fue descubierto un pedestal que carece de monumento. Dicha plataforma, debía sostener una escultura del italiano Guillermo Marconi, padre de la radio moderna y ganador del premio Nobel de Física en 1909.
Según funcionarios del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC), que también brindaron su colaboración para la ejecución del operativo de recuperación, esta base del monumento estaba tan cubierta por gruesas capas de maleza y pintura de aerosol, que la placa en honor al ingeniero italiano no se podía leer, por ello el nombre original del parque permaneció desconocido por años, pues las personas empezaron a familiarizarse con el nombre del “Parque Carrullla” por su proximidad con este supermercado.
Aun así, para el italiano Roberto Violi, residente del barrio capitalino e interesado en proteger la historia y el patrimonio de Colombia, el monumento de Marconi fue robado alrededor de hace más de diez años y desde entonces ninguna autoridad ha adelantado nada a tal punto de que se perdió el verdadero nombre del parque.
“El monumento no solo es víctima del olvido de los ciudadanos, sino del Distrito. Nunca fue iluminado propiamente, y eso permitió que las grandes mafias dedicadas a robar y fundir bronce se los llevaran; estoy seguro que ellos, los mafiosos, también se tomaron en el 2012 el pobre venado que acompañaba la estatua de San Francisco en la calle 72”, afirmo Roberto Violi.
Asimismo, Según lo reportó el IDPC, en el 2005 se dio el hurto de esta estructura, declarada como patrimonial de Bogotá. Se concluye que la estatua podría ser uno de los patrimonios más antiguos de Chapinero, puesto que fue en 1929 que llegó a Colombia en donación del Gobierno Italiano.
Infortunadamente las denuncias por el robo de la cabeza de Marconi nunca tuvo una investigación seria por parte de las autoridades.
El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural afirmó que la cabeza del ingeniero italiano es un bien irremplazable e invalorable, primero por la cantidad de bronce que contenía y segundo porque fue esculpido por Rosciali, uno de los artistas italianos del siglo XIX más apetecidos para este tipo de encargos.
