Con menos de 30 años y un buen trecho de carrera ya encima como director de crédito público del Ministerio de Hacienda, fue el responsable de evitar un default (impago) de la deuda colombiana. Las honras fúnebres del ex senador Juan Mario Laserna, se llevarán a cabo en Ibagué.
Por petición de la familia del economista Juan Mario Laserna Jaramillo, las honras fúnebres se cumplirán este martes 26 de julio a las 10 de la mañana en la Catedral Metropolitana de Ibagué. Su cuerpo será expuesto en capilla ardiente en el auditorio de la Gobernación del Tolima
La muerte del ex senador de 49 años de edad por cuenta de un accidente automovilístico en carretera, ha generado un sin número de reacciones de pesar y solidaridad. Reconocido por sus profundos conocimientos de economía, Laserna pasó por el Senado y posteriormente se dedicó a participar como comentarista en algunos medios de comunicación.
Se le recuerda como co-director del Banco de la República, director de crédito público del Ministerio de Hacienda y consejero económico en el gobierno del ex presidente César Gaviria. El periodista Francisco Rodríguez, escribió para El Economista de América un artículo al respecto en el que hace un acercamiento a quien era su amigo Juan Mario Laserna Jaramillo.
Sí, Juan Mario, con quien tuve el honor de compartir una de esas privilegiadas amistades que concede el periodismo económico, viajó anticipadamente a la eternidad, dejando gratos recuerdos y profundos debates en las influyentes esferas de la economía, la política y la academia colombiana.
Con menos de 30 años y un buen trecho de carrera ya encima, como director de crédito público del Ministerio de Hacienda, fue el responsable de evitar un default (impago) de la deuda colombiana, término que después no dudó en explicar en lenguaje sencillo a humildes campesinos del Tolima que luego serían sus electores cuando resultó elegido como Senador de la República en 2010 representando al partido Conservador.
Tan profundos y claros eran sus pensamientos sobre todas las materias, que algún día me atreví a decirle que me parecía experto en asuntos superiores y totalmente ajenos a la economía y con su habitual sonrisa me comentó, “es que lo que menos soy es economista”.
Amante como ningún otro de las películas de Clint Eastwood, en alguna ocasión que le acompañé a una entrevista con el escritor y periodista Germán Santamaría, lo de menos fue ese propósito, pues en algún momento conectaron de tal manera con el tema del cine y del famoso actor, que se gastaron la mayor parte del tiempo conversando de todas y cada una de sus películas, con fechas y escenas exactas.
Juan Mario siempre tenía una tesis para cada situación, y, por ejemplo, señalaba que el único reloj que nunca se equivocaba era uno que estaba detenido, pues siempre daba la hora exacta dos veces al día.
Tuve la grata ocasión de encontrármelo el jueves pasado en los pasillos de la Revista Dinero, de la cual era su consejero editorial, y como siempre, había que hablar de economía: “no veo nubarrones por el momento, creo que las cosas van bien”
Y convinimos tomarnos un café muy pronto. Como lamento que esa invitación se haya frustrado en forma tan abrupta, pues no dudo lo divertido y enriquecedor que hubiese sido ese encuentro.
Hasta siempre Juan Mario, amigo, consejero, opinador y sabio, que deja una huella imborrable entre quienes lo conocimos y compartimos con él.