El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, emitió este jueves una orden de continuidad por un año de la “emergencia nacional” sobre Venezuela, declarada en 2015. Gobierno venezolano responde.
En una carta a los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado, como ordena la ley, Obama señaló que es “necesario continuar la emergencia nacional declarada en la orden ejecutiva 13692 con respecto a la situación en Venezuela”, que había ordenado el 8 de marzo de 2015.
Obama indicó que la situación del país no ha mejorado y que el gobierno sigue erosionando las garantías de derechos humanos. Por ende, se prorroga la medida por la que ampliaba además las sanciones a ciertos funcionarios del Ejecutivo venezolano aludiendo a la crítica situación del país caribeño.
El mandatario estadounidense argumentó este jueves que Venezuela sigue sufriendo “la persecución de los opositores políticos, la restricción de la libertad de prensa, el uso de la violencia y violaciones a los derechos humanos”. Declaró que el país representa un “riesgo extraordinario” para la seguridad de Estados Unidos.
Esto coincide con un clima de agravada crisis política e institucional en el país, luego que una sentencia del máximo tribunal redujera los poderes del Parlamento, controlado desde enero por la oposición. La decisión del tribunal ha acelerado el debate en la alianza opositora MUD, sobre el camino que recorrerá para intentar sacar del poder al presidente Nicolás Maduro (2013-2019), quien acusa a sus detractores de “tratar de imponer escenarios golpistas con apoyo de factores imperiales de Estados Unidos”.
Por su parte, La canciller Delcy Rodríguez expresó que Venezuela “repudia enérgicamente la renovación de la orden ejecutiva dictada por el presidente de los Estados Unidos de América, Barack Hussein Obama, que de forma inexplicable, insiste en declarar al país como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y la política externa”.
Agregó que Washington con su declaración “incita a los factores antidemocráticos y violentos de la oposición venezolana para atentar contra la institucionalidad del país y sus autoridades legítimas”. A la par que una vez más está “amenazando la vigencia del multilateralismo y sus mecanismos protectores y garantistas de los principios de no injerencia en los asuntos internos” de los Estados.