En Austria, un alcalde presentó su renuncia tras ser acusado de xenofobia y antisemitismo luego de que afirmara de que los periodistas que informen sobre la situación de inmigración en el país ”tienen que ser colgados porque son como judíos”.
Karl Simlinger, alcalde de la ciudad austriaca de Gföhl, copó los titulares tras lanzar una temerosa acusación en contra de la prensa local. Esgrimió en el pleno de una alocución pública en el Consejo de la metrópoli que los periodistas merecen ser ahorcados por informar sobre los inmigrantes.
“No me importan los solicitantes de asilo, culpo a los periodistas. Tienen que ser colgados, son como judíos”, señaló.
Inmediatamente, la declaración fue denunciada por los parlamentarios Günter Steindl y Sabine Mai, quienes lo acusaron de xenofobia y antisemitismo. Momentos después de que la noticia cogió vuelo a niveles mayores, el alcalde se defendió y aseguró que no usó la palabra “judíos”, no obstante terminó renunciado a su cargo.
Según informan medios locales, Simlinger el lanzó dichas acusaciones en un ataque de furia por la masiva llegada de inmigrantes provenientes de toda la Unión Europea. Diarios reportan que esta situación es difícil de controlar por la libre circulación de personas hacia el país.
Según un informe de la OCDE sobre los “mitos de la inmigración”, dos tercios de los inmigrantes vienen de la UE y se ubican en un espacio incontrolable. El 11% se debe a inmigración humanitaria, aspecto que no se puede limitar por respeto a las convenciones de Ginebra.