El Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia presenta la nueva exposición del artista colombiano Juan Fernando Herrán, sobre una revisión de su obra entre 1987 y 1993. Se trata de la época más temprana de su trabajo, caracterizada por la experimentación e intuición en la transformación de materiales tan disímiles como el pelo humano, el plomo, el material vegetal, la fotografía, el estiércol, la arcilla y el video. Con curaduría de María Belén Sáez de Ibarra esta muestra se exhibirá a partir del miércoles 16 de marzo y se extenderá hasta el sábado 4 de junio. Para su inauguración se presentará un Concierto de la obra ‘Gloria’, de John Rutter, interpretado por el Conjunto de Cobres del Conservatorio de Música, bajo la dirección del maestro Fernando Parra, acompañado del Coro La Escala y el Coro Voces de Luz. Entrada libre.
“La revisión que se plantea es muy particular, porque implica regresar a sus primeros trabajos de juventud para retomarlos desde la visión mas experimentada y compleja del gran escultor e instalador que es hoy Juan Fernando Herrán. Se están produciendo nuevamente piezas del pasado para una instalación de gran escala que las reintegra – las devuelve en la conciencia- a un gran proyecto unificado y más desarrollado como conjunto. En sus años tempranos como artista estos trabajos se exhibieron dispersos y no alcanzaron a desarrollar a plenitud la inmensa potencia que en ellos quedó contenida. Lo que aquí mostramos es un “cuerpo” de trabajo escultórico profundo, que pertenece a las grandes obras de arte cargadas de misterio (de múltiples resonancias y el sentido suspendido). Las piezas renacen con una nueva vida, una nueva energía de quien es hoy el artista, sin transformar la naturaleza pura y original de su concepción. Además se incluyen otras piezas de la época -que hemos pedido en préstamo- para hacer de esta exhibición una inmersión intensa en un periodo fundamental de su obra y mostrar con fuerza la médula de la que esta hecho hoy Herrán como uno de los más interesantes y destacados escultores del que tengo conocimiento.” María Belén Sáez de Ibarra
En esta muestra se reunirán por primera vez aproximadamente 12 obras de distintos formatos, entre esculturas e instalaciones, realizadas cuando el artista terminó sus estudios en la Universidad de los Andes en Bogotá y empezaba su Maestría de Londres. Algunos hacen parte de su colección personal y otras de colecciones particulares o privadas, como las piezas Sin Título (Corona de espinas, 1990) y Flotsam and Jetsam (1993), propiedad de la Colección de Arte del Banco de la República de Colombia.
Ocho de estas obras han sido reproducidas especialmente para esta exposición, ampliando su formato para adaptarlas a las grandes dimensiones del Museo de Arte de la Universidad Nacional y a las exigencias de su espacio, luz y arquitectura. Un ejemplo de ello será la obra Sin Título (Bolas de pelo humano, 1990), que antes medía 1 x 1 metro y ahora alcanza los 20 metros cuadrados, o la instalación Sin Título (Varas de pelo, 1992) que ahora alcanza los 5 metros de altura para tomarse la piscina central del Museo y crear, en sus 7 x 10 metros, una especie de bosque humano por el cual podrán transitar los visitantes.
“La obra contemporánea puede modificarse para adquirir vínculos de significado en determinados lugares. Y este que es un museo maravilloso en términos de luz, de espacio, le exige al artista un trabajo adicional para poder articular el espacio a las obras. He podido trabajar en estas adaptaciones, realizando variaciones del tamaño y respetando la fidelidad de las piezas al momento en que fueron concebidas”, explica Herrán. Esto se logra porque el Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia en su firme objetivo de ser ‘El espacio donde los artistas pueden soñar para desarrollar sus procesos al máximo’, ofrece las condiciones para lograr con una libertad creativa de forma ambiciosa, con el acompañamiento en la producción, de capital humano y económico desde el primer momento que ingresa a montar su trabajo en el Museo.
Caracterizada por su lenguaje escultórico, esta exposición mantiene como eje temático el cuerpo y su relación con la muerte y el paisaje. Varias de estas piezas están enmarcadas en un periodo histórico difícil para los colombianos, donde la presencia de la muerte estaba muy cercana con la detonación de bombas y actos violentos, y las obras se convirtieron en actos de resistencia que surgían de un interés de materializar las sensaciones e inquietudes del momento, pero convirtiendo al material en protagonista.
De esta manera cada obra es resultado de un proceso casi sistemático por la experimentación con diversidad de materiales que generaban conexiones psíquicas en torno a este tema central. Algunas incluso fueron creadas con los ojos cerrados, como es el caso de Sin Título (70 Objetos), integrada por piezas realizadas en arcilla sin cocer que semejan huesos y aluden a armas, herramientas u objetos de la inquisición que podrían tener un accionar violento con el cuerpo.
De estos procesos casi alquímicos que reflejan estados de transición donde los materiales adquieren nuevos aspectos sin ser enteramente un animal o un mueble pero obtienen una nueva vida, surgieron técnicas novedosas y una obra memorable y sensorial que resume una mirada crítica frente al dominio del hombre sobre la naturaleza. Ejemplo de ello es Sin Título (Bastón de mando), creada con cáscaras de naranja, que expela un olor que se mantiene en el tiempo, generando experiencias sensoriales en el visitante.
Aunque hoy muchas de estas técnicas no se mantienen en la obra de Juan Fernando Herrán, definieron el origen de un estilo de trabajo que aún lo rodea. Esta exposición constituye una visita obligada para conocer el origen de este artista, la vitalidad de su experimentación, su transformación en el tiempo y la comprensión de las inquietudes y expresiones plásticas que lo atraviesan.