Posible recesión en China es un riesgo a nivel global

Los expertos no creen que las devaluaciones del yuan hayan acabado y no descartan nuevas intervenciones de la moneda frente a otras divisas, que pudiera obligar al resto de economías a recortar el precio de sus productos para ser más competitivos y abrir una espiral deflacionista mundial.

“China ha sido un buen recordatorio de que estamos en un mundo de riesgos”. Kaushik Basu, economista jefe del Banco Mundial, explicaba así la situación actual el pasado domingo, tras las últimas medidas que ha llevado a cabo China para estimular su crecimiento económico. “Por ahora hemos visto escaramuzas, más que guerra de divisas”, añade.

“Es como si tienes mucho material inflamable en el suelo y te das cuenta de que un pequeño fuego podría hacer arder todo”. En este mismo sentido, un importante banco de inversión estadounidense destaca que “China está preparando un aterrizaje forzoso, con unas consecuencias que son imposibles de prever. Todo dependerá de la pericia que demuestre el piloto del aparato”.

Estas metáforas reflejan cómo las devaluaciones del yuan que Pekín realizó la semana pasada pueden crear una oleada de consecuencias en el mundo entero. Además de generar más devaluaciones en otros países que necesiten ganar competividad, la primera de ellas será exportar deflación al exterior, una de las grandes preocupaciones de la Fed a la hora de subir los tipos.

Miguel Ángel Rodríguez, director del Ethical Financial Institute, considera que “el mercado está empezando a avisar que la subida de tipos en Estados Unidos (EU) se puede retrasar por los últimos movimientos. Todo depende de los datos macroeconómicos que se publiquen, especialmente los que reflejan el comercio exterior en China. Lo más probable es que EU tenga que mantener los tipos sin cambios y también Inglaterra, que suele hacer lo mismo que el gigante americano, aunque con retraso”.

El experto añade que “incluso puede que veamos más devaluaciones competitivas en China y una bajada de tipos. Esto último haría que caigan los flujos de capital en el país, algo que puede intentar evitar el Gobierno llevando a cabo recortes de exigencias a los bancos”.

Así, los estímulos del banco central de China están haciendo que el mercado se replantee sus perspectivas para el futuro. Según la encuesta de gestores de fondos elaborada por Bank of America Merril Lynch del 7 al 13 de agosto, las expectativas de los profesionales de que se dé un incremento de la inflación a nivel global han caído a mínimos de seis meses, ya que ahora sólo el 47 por ciento de ellos espera que repunte.

Esto ha llevado a los expertos a prever que la subida de tipos de interés de la Fed se retrasará: en junio el 54 por ciento de los gestores esperaba que la subida de tipos tuviese lugar en septiembre, frente al 48 por ciento que ahora lo cree. En el mismo sentido, en junio sólo un 28 por ciento de los gestores creía que la subida de tipos llegaría en diciembre, y ahora lo estima un 39 por ciento los profesionales.

Además, el 52 por ciento de los expertos cree que la recesión en China es uno de los mayores riesgos de fondo de la economía. No en vano, la crisis de deuda de los emergentes también les preocupa. De hecho, los últimos acontecimientos en Pekín han provocado que las materias primas estén en mínimos de 20 meses en las carteras de los gestores, ya que un 28 por ciento de ellos las infrapondera; el crudo es el peor parado.


¿Retraso en el ‘QE’ europeo?

Los efectos también se harán sentir en Europa. No hay que olvidar que grandes economías del Viejo Continente como Francia y Alemania dependen en gran medida de sus exportaciones a China. Miguel Ángel Rodriguez destaca que “el programa de compra de activos en Europa podría alargarse. De nuevo, dependerá mucho de como se desarrolle la economía, pero en mi opinión no será a finales de 2016 cuando terminen los estímulos”.