Las condiciones sociales, ambientales y laborales de una comunidad siempre van estar sobre la mesa para que ninguno de estos sean vulnerados por las organizaciones y personas ajenas a la región. Los habitantes del municipio de Puerto Gaitán (Meta) se reunieron con las distintas empresas petroleras que llegaron a la zona para lograr algunos acuerdos.
Entre los acuerdos a los que llegaron la comunidad y las compañías de hidrocarburos está el compromiso de la reforestación de un brazo de caño Bateas, que atraviesa los barrios más vulnerables del municipio. Además, también se estableció la recuperación del caño Trampolín.
Luego de que se firmaran los acuerdos se estableció una mesa ambiental conformada por dos administradoras ambientales, dos comerciantes, un estudiante y un habitante del municipio. Ellos están encargados de hacer las peticiones y vigilar el acuerdo al que llegaron las empresas con Puerto Gaitán, para que estos se cumplan y tengan su desarrollo.
Desde el acuerdo hasta la fecha se han realizado estudios de impacto ambiental, ya que este es un tema que preocupa a la comunidad. A su vez, el proyecto de caño Bateas ya está aprobado. Allí se sembrarán 3600 árboles de especies nativas, como la Palma de Moriche. Asimismo, la iniciativa estará acompañada de una campaña que promueva la concientización sobre el cuidado y la preservación del medio ambiente.
Por otro lado los indígenas de la zona están recibiendo educación ambiental con el objetivo de crear en ellos la relación que hay entre el ser humano y el medio ambiente.
Sin embargo, el proceso no ha ido tan rápido como lo esperaban los habitantes del municipio, ya que sanar las heridas que ha dejado la contaminación no es tán fácil, sumándole a esto que se debe crear una cultura del cuidado del medio ambiente.
Por ejemplo, en los caños son arrojados todos los desechos, ya que los habitantes no tienen cultura ambiental. Además han sido deforestados y los incendios en tiempos de verano han acabado con los morichales.
Otra de las dificultades que han tenido a la hora de desarrollar los proyectos, es que el municipio no cuenta con un relleno sanitario, esto hace que los desechos sean llevados a Villavicencio, lo que representa un alto costo. Uno de sus habitantes afirma que “vale más el recibo del aseo que el del agua” y solo existe una planta de tratamiento de aguas residuales lo que hace que como sale el agua de los hogares, asimismo entra al río Manacías. La mayoría de aguas negras caen al caño Bateas problema para el que aún no se ha acordado una solución.
No obstante, los habitantes, así como las compañías petroleras, siguen trabajando para cumplir con los objetivos propuestos en la mesa, tales como, recuperar a largo plazo, y sin prisa, dos fuentes hídricas importantes para el municipio, además de sembrar y mantener especies vegetales que hacen parte de la flora de la región.