Uruguay es uno de los países que más ha avanzado en el proceso de legalización de la marihuana en Latinoamérica, allí ya existe la Federación Nacional de Cannabicultores bajo la dirección de Julio Rey un tipo ‘macanudo’ que habló con Confidencial Colombia sobre todo este proceso en su país.
Y con ‘macanudo’ me refiero a un tipo agradable, así fue como se refirió Julio a uno de sus amigos colombianos en la conversación en la que contó detalladamente cómo empezó su relación con el cannabis, y cómo el movimiento social uruguayo logró la transformación que permite hoy no sólo el consumo legal que ya estaba establecido desde el 74 en el país, sino también el cultivo y la venta legal de la marihuana.
A través de una pantalla, con un cigarro en la mano y con ese particular acento algo porteño que me hizo ir por un momento al sur del continente, Julio recuerda entre risas la primera vez que se fumó un ‘fasito’ mejor conocido en Colombia como ‘plon’ o ‘porro’. La tiene grabada en la mente y la describe como una experiencia muy agradable.
‘Salimos a caminar para poder fumar con un amigo y recuerdo que nos reímos pero muchísimo, a nosotros nos pareció que pasaron horas de reírnos y algo muy particular que recuerdo es que iba cruzando una plaza y me saludo alguien a la distancia, no recuerdo quién ya a estas alturas verdad…-¡Hola fulano cómo estás!- Y a mí me pareció que yo le dije –bueno cómo andas- y en realidad no había hablado nada, sólo moví mis manos como una película muda y cada vez que lo recuerdo me resulta muy gracioso.
Y nada mucha inocencia, hablar de los temas habituales de nuestra edad pues los 16 en ese momento; chicas, música, libros con la diferencia de que habíamos fumado. No había nada extraño, algo que tú dijeras -mira como están de mal estos chicos- ni nada por estilo. A parte estábamos en la nuestra, sin molestar a nadie, sin afectar a terceros como solemos decir. Así que una experiencia muy positiva me pareció ¡Claro! Éramos muy condenados socialmente imagínate en ese momento éramos poquísimos’.
Asegura que la sensación de la marihuana generalmente no es algo que pueda afectar más allá de ella. ‘En realidad es una sensación agradable, de mucha paz, no hay indicios de violencia en tus acciones, más bien baja las ansiedades. Ayuda a llevar algunas frustraciones típicas de la adolescencia. Esa es una etapa bastante brava donde se está permanentemente en conflicto con uno mismo porque estás creciendo, te estás transformando, estás dejando de ser niño y comenzando a ser adulto entonces yo creo que ayuda al tránsito. Así como ayuda a una persona adulta a llevar el estrés diario; la vida moderna no es fácil, hay mucha competitividad, muchas exigencias y la marihuana te ayuda a llevar todo eso de una buena manera y de mejor humor’.
Fue así como Julio empezó a los 16 a consumir marihuana bajo la estigmatización que este hecho conlleva en una sociedad recatada y muy prejuiciosa cuando de hablar de drogas se trata, asimismo fue por este camino que conoció el tráfico, más bien el micro tráfico que es el que estaba más presente en Uruguay, pues aunque el consumo en ese país es legal desde el 74 si querías conseguirla tenías que recurrir a la venta ilegal porque su distribución era lo que no estaba permitido.
‘Un amigo que conocía a alguien, que en aquella época no eran muchos verdad, que más bien tenía para consumo propio pero aprovechaba y vendía algún fasito para recuperar el dinero que había invertido. La de ese momento era una reacción muy distinta a la de ahora, en aquel tiempo digamos en mi pueblo, la gente que fumaba marihuana eran más bien los artistas, gente muy leída que armaba tertulias para hablar sobre libros que habían leído o a escuchar discos de grupos que no eran muy normales acá, la época del vinilo; lo cual constituye un recuerdo de aquel momento muy distinto respecto al consumo y por el consumo mismo como ocurre actualmente, sobre todo por otras sustancias más pesadas por decirlo de alguna forma’
Pasaron los años y Julio siguió consumiendo esporádicamente. Asegura que todo iba bien, salvo las investigaciones policiales de las que alguna vez sería objetivo en el 2010 –ya de grande- dice, tenía 36 y llevaba unos diez gramos.
‘Por ser el usuario el más visible de la cadena, evidentemente era sobe el cual se iban a concentrar las investigaciones policiales para tal vez llegar a otras escalas de ese tráfico, sin embargo tampoco había un gran progreso, no había un procesamiento de grandes capos narcos ni nada por el estilo. De hecho en Uruguay generalmente lo que había era micro tráfico, que comprado con Colombia, por ejemplo, son mínimas las cantidades que alguien aquí en una boca importante de ventas pueda tener.
Pero bueno volviendo a la historia, surge un vuelto precisamente en una investigación policial por ser cliente de una boca local, una olla como se le dice allá y esa olla es a la vez un clásico del Uruguay, sobre todo del interior. Chicos que conocían en Montevideo alguien que tenía mayores cantidades de marihuana, siempre hablando del prensado paraguayo, y en consecuencia empezaron a hacer pequeñas colectas entre su barra de amigos para conseguir marihuana más barata y en mayor cantidad y terminaban a la corta o a la larga traficando mayores cantidades porque entraba más gente en el juego.
Y bueno yo termino implicado, en realidad me tuvieron detenido sin mucha razón y sin muchas pruebas un poco más de lo necesario; de lo que está permitido. Te tienen detenido 24 horas máximo y yo estuve casi día y medio, fui el último en declarar en el juzgado y asenté mi queja.
Cometieron si se quiere atropello policial, me soltaron y a los veinte días estaba yo armando el primer foro público sobre drogas legales e ilegales en un pequeño parque de aquí. Participaron unas 60 personas en aquel momento, más alguna autoridad en el tema de la junta departamental de drogas; un organismo estatal que se dedica a esta política, la directora departamental de salud y alguna organización pro derechos que nosotros mismos invitamos en aquel momento.
A su vez surgía la primera propuesta de auto cultivo, estamos hablando del 2010, este era el primer proyecto en Uruguay con 18 plantas que eran exclusivo cultivo doméstico’.
Cuenta Julio que fue a raíz de esta y otras actividades que surgieron, que luego lo llamaron desde Montevideo al despacho del diputado Sebastián Sadini, el promotor de la iniciativa de ese proyecto de auto cultivo, para coordinar el contenido antes de pasarlo a la cámara y el resto del proceso legislativo.
‘Y bueno ahí comenzó lo que es nuestro activismo más fiero, desde esa fecha hasta hoy no hemos parado ni un solo día. Después nos encontramos en el camino con este anuncio de Mujica diciendo que iba a regular la marihuana y a su vez sale el ministro de defensa, ya más tarde, anunciando que el auto cultivo no estaba contemplado dentro de ese proyecto de regulación. Ellos pretendían que solo se vendiera en ciertos lugares autorizados y bajo cierto control, entonces evidentemente redoblamos nuestro activismo político y nuestra presión en las calles hasta que anunciaron que se abría un diálogo para incluir el auto cultivo en ese nuevo proyecto.
Empezamos y tuvimos todo tipo de tires y aflojes con el estado, las discusiones y el diálogo. Y bueno pese a los acuerdos y desacuerdos nos echamos esa ley al hombro y como sociedad civil y organizada salimos a defenderla y a promoverla hasta que llegamos a la aprobación en el parlamento el 10 diciembre pasado, del proyecto de ley de regulación de la marihuana en Uruguay’.
Fue así como un par de semanas después de la aprobación, gracias al de Julio que era el primer movimiento activista autorizado del país, empezaron a surgir movimientos y agrupaciones en otros departamentos de Uruguay, que decidieron organizarse en lo que es la Federación Nacional de Cannabicultores. Hoy por hoy es la única organización que tiene representación en todo el país.
‘Y bueno aquí estamos como una de las mayores organizaciones, acompañando todo este proceso, asesorando al estado, a la Junta Nacional de Drogas, ahora al IRCCA (Instituto de Regulación y Control de Cannabis) una vez creado y siguiendo este proceso, tratando de mejorarlo’ asegura.
¿Por qué la marihuana es ilegal?
Julio lleva gran parte de su vida dedicado al cannabis, no solamente a consumirlo, sino a estudiarlo y defenderlo de las posiciones más radicales de algunos. Esta es una pregunta que no se puede dejar pasar y tiene que ver con el asunto de la estigmatización.
A pesar de haber muchos estudios que demuestran que sus efectos dañinos son menores que los del alcohol y el tabaco, sustancias legales en todo el mundo, la marihuana está categorizada como una sustancia prohibida y por ello la polémica que genera el hablar de su legalización.
Pero ¿dónde surge exactamente esto? En medio de su relato Julio saca a relucir parte de la historia de la ‘satanización’ de la planta y aclara un poco el panorama.
‘Creo que la diferencia que se hace a veces entre uso recreativo y terapéutico es un poco forzada porque yo creo que el uso recreativo es terapéutico. Creo que después de todo un día de trabajo, de estar en la calle, de aguatarte el tránsito de aguantar a tu jefe y llegar a tu casa…y prenderte un fasito vaya creo que ayuda muchísimo.
Y creo que esa condena, esa demonización y esa estigmatización que hay sobre el usuario muchísimas veces es uno de los problemas mayores de la marihuana y no está en la sustancia, está en el imaginario colectivo. Pero es de esperar que sea así, porque son más de 50 años, casi 70 u 80 más específicamente, de meterle en la cabeza a la gente que el usuario de marihuana es una mala persona, que se va a fumar un faso y va a salir a robar un kiosco o a robarle a la cartera a la señora y nada que ver.
Esas son construcciones sociales que se dan desde el principio de la prohibición que salió en los 30, en el siglo pasado en los Estados Unidos de la mano de Harry J. Aslinger, uno de los grandes prohibicionistas.
Si uno analiza el contexto de la prohibición en Estados Unidos y que después se extendió al resto del mundo, los orígenes son de intereses religiosos económicos y hasta racistas. En un principio se trataba de que no compitiera aquello (el cannabis) con las papeleras, por ejemplo en Estados Unidos DuPont (hombre que dio origen a la multinacional estadounidense) era dueño de toda una cadena de papeleras y periódicos y era tío de Aslinger el primer prohibicionista reconocido.
Resulta que este señor en la guerra entre Estados Unidos y México por el territorio, tenía una locura de hectáreas en México, una cantidad de montes que estaban destinados a esas papeleras, unas 500.000 o 600.000 hectáreas. La gente de Pancho Villa en ese momento le prende fuego a buena parte de esos montes a esas plantías de árboles que tenían como destino la producción de papel, y en venganza este señor (Aslinger) empieza una campaña en complicidad con los diarios pegándole al mejicano y a la marihuana, para por elevación, afectar el cáñamo (nombre que reciben las variedades de la planta del cannabis) que es la versión industrial, la versión no psicoactiva de todo esto.
“Hay unos 100.000 fumadores de marihuana en los Estados Unidos y la mayoría son negros, hispanos, filipinos y artistas. Su música satánica, el Jazz y Swing, es resultado de su consumo de marihuana. La marihuana hace que las mujeres blancas busquen relaciones sexuales con negros, artistas y cualquier otro” Harry Anslinger.
Aslinger hace una campaña tan brillante y aparte políticamente se lo coloca como una especie de embrión del Federal Bureau, el FBI en ese momento y termina combatiendo a los negros y a los mejicanos con toda una carga emocional hacia la sociedad para crear una imagen negativa de esa gente y de la marihuana en sí.
Y eso se arrastra hasta nuestros días, Aslinger no paró hasta que llegó a Naciones Unidas y logró prohibir la sustancia a nivel mundial en un acuerdo internacional. En ese momento logra colocar a la marihuana en la lista de sustancias prohibidas.
Y bueno hasta el día de hoy toda esa inercia, todo ese esfuerzo prohibicionista se tradujo en la prensa, en el imaginario colectivo y tenemos lo que tenemos donde como te sostenía en un principio; para mí es mucho más dañina la desinformación y la ignorancia que el consumo de la marihuana en sí y bueno estoy dispuesto a que me lo discutan’
Bueno y cuándo empezó a sembrar…
Julio muy jocosamente cuenta que tuvo sus primeras experiencias esporádicas de cultivo sin mucho éxito. ‘Vengo cultivando de forma ininterrumpida hace 5 años con todo este proceso en resumen, había que ser coherente y decidí dejar de consumir del prensado paraguayo y empecé a producir mi propia marihuana y bueno es lo mejor que me pudo haber pasado.
Te puedo decir que el cultivo te hace entrar en una relación distinta con tu propio consumo. A la gente que te dice ¡Ah sí van a ser todos adictos, son todos unos adictos! y no sé cuánto, yo les propongo que se pongan a razonar. Cultivar una planta durante cuatro, cinco o seis meses; cosechar la flor y dejarla secar para después poder fumarla; que me digan ¡dónde está la adicción! creo que si fuera adicto no podría ni siquiera tirar una semilla y esperar a que germinara.
Incluso pasa a ser más vicio, más placer cultivar que fumar la flor realmente. Tú empiezas a estar más pendiente de la planta, de qué hay que darle de comer, de qué cariños le tienes que brindar, de qué luz le tienes que dar verdad…y ya no estás tan preocupado por tener la marihuana, pasa a ser una necesidad mediata y no inmediata.
Entonces me parece que el auto cultivo principalmente, fuera de todas las opciones que ofrece la ley aquí en Uruguay, es la más genuina en cuanto a redefinir el consumo de las personas y por lo tanto afectar positivamente la salud pública y la seguridad también’.
Cómo vive el cambio Uruguay.
‘Aprobada la ley te puedo decir que el país sigue siendo el mismo, está muy tranquilo, no ves un ejército de gente drogada en la calle ni cosas que se le parezcan, nada que ver. Ahora, sí hay un cambio en la calidad de la información que manejan las personas. Particularmente en el par de años antes de la aprobación en 2012 y 2013 se vio un caudal de información muy importante por parte de referentes internacionales en el tema.
Tanto científicos como gente que trabaja en política de drogas, responsables de los cambios en las legislaciones de otros países y la Junta Nacional de Drogas organizaron los diálogos nacionales de drogas. Fueron departamento por departamento, región por región con estos referentes dando charlas sobre la temática y dando información de primera mano. Paralelamente el movimiento social hizo lo mismo con sus charlas, con su información a través de los medios y entonces llegó un punto en el que la gente no podía negar que se le había mentido, o que por lo menos había muy mala intención en la información sobre las drogas que estaban habituados a escuchar.
Nosotros siempre decimos que si fuera por fumarnos un porro no hubiéramos movido un dedo, porque ya plantábamos y ya fumábamos donde fuera sin mayores inconvenientes, si hay algo que rescatar es la integración del estado con nuestras posiciones, eso fue importantísimo; la creación de una especie de lobby conjunto entre sociedad civil, estado y algunas otras organizaciones. Esa reforma, fue el mayor logro de este proceso, como una especie de madurez de lo que es el compromiso ciudadano. Y pues hoy ya estamos discutiendo armar una nueva plataforma para afectar de forma mayor la política de drogas en el país, así que es un proceso que sigue dando sus frutos’.