La determinación de reducir las tasas de interés, por parte del Banco de la República, tiende a tener un efecto más fuerte sobre los ahorradores del sistema financiero que a quienes están interesados en solicitar créditos.
Así lo advierten varios analistas consultados, quienes atribuyen que las captaciones, por tener condición de corto plazo frente a los créditos, podrían ser las primeras afectadas por los 4,75 puntos básicos en los que se localiza la tasa, después de las dos últimas reuniones de la Junta Directiva del Emisor.
Aunque no es fácil calcular una fecha exacta en la que los consumidores empiecen a ver la reducción de intereses, los analistas asegura que podría ser a partir de noviembre.
De acuerdo con el director de investigaciones económicas de Corficolombiana, Andrés Pardo, a pesar de que el crédito podría estar a mejores precios, las consecuencias sobre el consumidor financiero final, dependerán de varios factores.
“Este proceso tiende a ser un poco más gradual. Depende de la situación general de la economía tanto local como externa. La idea es que a lo largo del segundo semestre haya un impacto en las tasas de interés en créditos, tales como consumo, hipotecario, comercial, para que sean un poco más baratos, lo cual genera un incentivo tener mayor deuda”, explicó Pardo.
Sin embargo, los primeros que van a sentir el peso de esta reducción, son los ahorradores, quienes esperan rentabilidad de sus captaciones a plazo.
“Esta medida tendrá un impacto, en primera instancia, en tasas de corto plazo y en las que no necesariamente llegan cliente del sistema”, expresó en directivo de Corficolombiana.
Otro de los componentes que podría llevar a esta reducción en rendimientos de captaciones está relacionado con la liquidez que buscan los bancos de primer piso, quienes podrán obtenerla a través de préstamos con el BanRep o entre ellos mismos, en vez de realizar captaciones en depósitos a término, las tasas con el Emisor son más rentables en este caso.
Para el experto en banca de la Universidad de los Andes Alfredo Barragán, con esta medida se espera una reducción en la tasa de usura en créditos de consumo, en especial tarjetas de crédito, que será publicada en octubre, la cual puede pasar de 31,29%, límite actual a los 29,09% que permaneció en noviembre de 2011, cuando la tasa de repo se ubicaba en 4,75%.
La tasa como indicador económico
Para la analista de Helm Bank, Marisol Torres, la cartera que más beneficios puede llegar a tener es la comercial. “La idea es que se impulsen unas carteras en mayor proporción frente a otras. La principal es la comercial, ya que en las minutas del Banco Central desde hace varios meses lo están solicitando, pues es la cartera del sector productivo y podría absorber esa baja en tasa interés rápidamente”.
A lo largo del año las decisiones del Banco de la República, ha sido fundamental para estabilizar la economía nacional. Es así como, al igual que en las economías desarrolladas, las tasas han presentado un sin número de variaciones, teniendo un impacto en el crédito.
En enero, por ejemplo, después de la advertencia que se venía realizando sobre el incremento de la cartera de consumo, que crecía a un ritmo cercano al 25%, y la preocupación que se generó por la calidad de estas deudas en los bancos, el Emisor decidió aumentar la tasa 25 puntos básicos hasta 5%, con el fin de evitar sobredeudas.
Sin embargo, esta alza si vio contrarrestada por la petición del Gobierno Nacional, quienes en vista de una desaceleración económica le pidieron al Banco hacer una disminución de interés para generar un mayor consumo en los ciudadanos.
Paralelo a estas decisiones y aprendiendo de las experiencias anteriores para evitar un problema con la calidad de cartera, síntoma de una eventual crisis, la Superintendencia Financiera de Colombia ha incrementado sus exigencias, aumentando las provisiones adiciones de los bancos, que a su vez, están examinando riesgos antes de otorgar créditos.
Dado este contexto, es muy probable, según los analistas consultados, que en lo que resta del año se genere otra reducción de 25 puntos básicos para fijar una tasa de intervención hasta 4,50%.