¡Reelección de Andrés Pastrana YA!

Nada más satisfactorio para el propio rebaño y para sus pastores que una oveja descarriada vuelva al redil. Esa oveja, que perdida en lontananza, extraviada en los peligrosos riscos o en los intrincados matorrales, se debatía entre sus pecados y maldades, poniéndole los cuernos a la doctrina que lo vio nacer.

¡Andrés María Lázaro Pío Pastrana Arango!:

Andrés por chusco, María por ser intacto de himen ideológico, Lázaro porque has regresado del inframundo tras tu muerte política, Pío por rezarle a Dios y al Diablo, Pastrana por Misael y Arango por casta.

Tus hermanos en la fe y en la godarria total, te acogemos de regreso en el seno (sin él no hay paraíso) del ultra conservatismo, ahora potenciado y victorioso con el refuerzo sagrado de Álvaro Uribe y sus huestes refundadoras.

Enhorabuena ha llegado este, tu acto de contrición, tu limpia expiación de tus pecados capitales desde que fuiste alcalde de Sodoma de los Andes, y de tus pecados mortales cuando te asociaste a los caguaneros para acabar con el país y con nuestros sueños hegemónicos. Vemos con amorosos ojos este cilicio que te estás dando para sacar de tu corazón a punta de penitencia todas las culpas producto de tus actos impíos. Estás lavando la gran mancha que cayó sobre tu conciencia al pretender la paz y, borrarás de una vez por todas esa mácula cuando te integres al Centro Democrático y te conviertas en un soldado de Dios, es decir en un humilde guerrero al servicio de nuestro Arcángel San Miguel Gómez Martínez.

Todas las cosas viles que nos hiciste desaparecerán de tu historia, cuando aceptes ser ungido por la sagrada mano como ¡candidato a la Presidencia de la República en el 2014! ¡Como guiñol de la nueva patria bien derecha y bien extrema como la que avizoramos en el porvenir! Si fuiste un títere de la FARRR en el pasado, bien puedes ser hoy y en el victorioso futuro una marioneta al servicio de la noble causa del plomo sólido…

Todo lo que has dicho en días pasados es perfecto, sublime, ditirámbico. Tienes la mendacidad necesaria, la falacia providencial, la marrulla de los justos. Pero te has quedado corto al tratar de “camarero de Pablo Escobar” al ministrico perfumado del Fernando Carrillo: has debido decirle lo que es. Un terrorista, tanto como Enrique Santos Calderón, el hermano del traidor Juanma, a quien nuestro amo Uribe le dijo en güiter las vainas como son: burgués-castrista y terrorista. ¡Eso si es cantar por el pico!

Que vengan las demandas contra Uribe por injuria y calumnia, que son delitos que cuando están a nuestro servicio se convierten, por gracia divina, en banderas de nuestra moral. Para combatir esas pretensiones tenemos abogados de la talla moral de Fernando Londoño y funcionarios de la envergadura ética de Monseñor Alejandro 007.

No le tengas miedo a que te digan “guerrerista”. Ese epítome es en estos tiempos el más grande elogio. Tienes que afinar tu inteligencia y afilar tus garras y dejar bien en claro que no solo te opones a la farsa de La Habana, sino a la paz, cualquiera que esta sea. Solo como abanderado de la Guerra podrás, finalmente borrar tus yerros de antaño. Vas camino de la perfección si logras que esas flaquezas que hoy corriges, se conviertan en apabullante campaña electoral.

Olvidémonos de Pachito, de Alejandro, de Martha Lucía y del cebú Lafaurie. Con tu llegada al himeneo ultra, eres el candidato ideal.

Todo lo que de tontarrón te queda, acá en la extrema derecha te lo arreglamos. Tus manchas las lavaremos con penitencias, tus transgresiones de chino pendejo las remediaremos con intransigencia, doctrina y sectarismo. Somos, si, una secta, la secta. Somos el Alfa y el Omega, la salvación del capitalismo.

Tienes razón: Santos le va a entregar todo a la FARRR. Es tan vergajo… La única reelección conveniente es la tuya. ¡Y que no nos vengan los zopilotes de las Cortes a decir que no puedes ser candidato!

No importa qué te pasó con Santos ni como te traicionó, ese campeón de la puñalada trapera. Esa relación no te convenía. Seguramente te abandonó y no te quiso dar algún ministerio o te echó el agua sucia de tu mar, el de San Andrés. ¡Mal Haya sea!

Arremete, lindo mozalbete, contra todos nuestros enemigos. Pata y puño contra el Ernesto Samper quien ha dicho que eres, en materia de paz, como el diablo enseñando el catecismo. Respóndele clarito: tú ni eres el diablo ni enseñas nada, ni aprendes. ¡Que se vaya a los 8.000 carajos! Y a esos que te dicen que no tienes argumentos porque insultas, respóndeles con la flor de tu inteligencia: ningún argumento es necesario en tu caso, cuando tienes la gran virtud de en lugar de ideología, tener coreografía.

Ahora que vas a volver a ser Presidente, recuerda a tu padre Misael y sobre todo su gran frase de campaña “¡Objetivo el Pueblo!” ¡Si! ¡Bala señores! Que es como los godos siempre entendimos sin eufemismos la sabia frase del gran huilense.

Tienes razón al decir que Santos no recibió un mandato para hacer la paz sino la guerra. ¡Sapo traidor! Ten confianza en tus prójimos hermanos. Te daremos de nuevo el mandato, pero esta vez de guerra. Contigo en la Presidencia, con Uribe en el Senado y Obdulio en la Corte Suprema, la huevonadita esa de los poderes autónomos se acabará. Una sola idea fija, una sola paranoia. Queremos un país unánime en el cual la gleba sea invisible y solo brille el sol entre la palma africana, los morros de las reses, y en el oro y el carbón a cielo abierto.

Ahí tienes a tu gran partido conservador reloaded by Uribe como piso para tu nuevo crecimiento. ¡Haznos tuyos papito! Unifica el país en torno a la batalla, al fusil, al morterazo. Queremos víctimas y más víctimas en la rueca sin fin de esta historia que hemos estado destruyendo.

Todo en ti es hoy transparente, como los llanos del Yarí. Utiliza la fuerza, no perdones a aquellos que te hicieron ver como un insulso en lechona al asumir la silla vacía en el Caguán.

Políticamente tienes la mayor ventaja. Eres hoy la renovación de la misma vaina. Qué lindo sería que un godo de verdad mandara como sabemos hacerlo, con fuete, perrero y bordón

Andrés María Lázaro Pío: tus defectos se van diluyendo como la escarcha con la primavera. Tus tenaces infracciones ya no son más que una vaga sombra en el Orteguaza. Tu maldad, que fue mucha, ahora es angelical madurez. Si una vez traicionaste, estás hoy en el pináculo para mitigar tu alevosía. Acá te curaremos todos tus vicios, hasta el de los lugares comunes.

¡Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto!

El Centro Democrático te acoge, becerro profano que eras. ¡Andrés Perfecto! ¡Habemus candidato!