Fue la primera mujer que el Smithsonian expuso en la Galería Nacional de Retratos de Washington D.C. y la última en retratar a John Lennon, solo para empezar. Es sin duda la fotógrafa más conocida del mundo, la mejor pagada y, con diferencia, la mejor conectada. No hay estrella de Hollywood ni político con la debida proyección –desdeGeorge W. Bush hasta Barack Obama pasando Mijaíl Gorbachov, Richard Nixon, Nelson Mandela y la reina Isabel II– que no haya pasado, antes o después, por el objetivo de Leibovitz.
Por esa razón, porque “ha sido una de las dinamizadoras del fotoperiodismo mundial y es una de las fotógrafas más respetadas en Europa y América”, el jurado de los Premios Príncipes de Asturias 2013 ha decidido galardonarla este año en la categoría de Comunicación y Humanidades –que no Artes, cuyo premio lo recibirá Michael Haneke-.
“Tras una etapa como reportera que finalizó en la Guerra del Líbano, ha firmado decenas de portadas de las revistas más prestigiosas y se ha consagrado con instantáneas y retratos que reflejan una época de la política, la literatura, el cine, la música y el deporte a través de sus protagonistas”, reza el acta del juradodifundida este jueves. La fotógrafa estadounidense se ha impuesto en las votaciones finales del jurado a las candidaturas de la agencia de fotografía Magnum y a la periodista inglesa Christiane Amanpour.
La fotógrafa de las estrellas
A lo largo de su carrera ha retratado a mitos como John Lennon, Bob Dylan, Barbra Streisand, Mick Jagger, Bruce Springsteen o, incluso, la Reina de Inglaterra y Richard Nixon, llenado las portadas de las revistas más prestigiosas de todo el mundo. Nació en Estport, Connecticut, Estados Unidos, el 2 de octubre de 1949 en una familia judía. Hija de militar viajó con su familia por todo el mundo por lo que comenzó a hacer fotografías para así recordar su vida.
Estudió en el Instituto de Arte de San Francisco, donde aprendió fotografía después de pasar seis meses en un kibutz israelí. Comenzó su carrera profesional a los 19 años cuando fue contratada por la revista Rolling Stone para hacer una selección fotográfica. En esta revista publicó en 1969 una foto de los Rolling Stone, en la que aparecía el escritor Allen Ginberg fumando un porro. Desde entonces se convirtió en la fotógrafa rebelde que plasmó la América de los setenta.
Con sólo 23 se convirtió en fotógrafa jefa de la revista, en la que permaneció durante una década retratando a todos los iconos del rock de los setenta y comienzos de los ochenta. En 1975 cubrió la gira de los Rolling por EEUU y un año después fue la responsable del departamento fotográfico de la revista.
Tuvo la oportunidad de fotografiar en incontables ocasiones a John Lennon, y algunas de ellas han pasado a formar parte del imaginario popular. Por ejemplo, la foto de Lennon desnudo sobres su cama abrazado a su esposa, Yoko Ono, vestida de negro, hecha horas de su trágico asesinato en diciembre de 1980.
Leibovitz, que también trabajó para Vanity Fair, fue también la autora de la última foto de Nixon como presidente tomada cuando subía a un helicóptero en la Casa Blanca. A principio de los años 1990 fundó el Estudio Annie Leibovitz en Nueva York. Una de sus fotos más polémicas fue la tomada en 1991 a la actriz Demi Moore, desnuda y embarazada. Su publicación causó tal sensación que todos los distribuidores de la revista, excepto los de Nueva York, la pusieron a la venta con la portada tapada parcialmente.
Moore posó de nuevo desnuda para Leibovitz en 1992, pero esta vez con el cuerpo maquillado y después, otra vez vestida. Fascinada por los desnudos, en 1993 retrató a Sylvester Stallone emulando a “El pensador” de Rodin. Por su cámara han pasado rostros la política y los personajes más famosos del deporte, la música o el arte. Sus fotografías han ocupado portadas de revistas semanales y suplementos de periódicos como Life, Esquire, Vogue, Paris Match, Elle o El País Semanal.
Una de sus iniciativas más conmovedoras fueron los retratos de rostros de víctimas de Sarajevo en 1993. Alejada de la sangre, en sus expresiones mostró su “calma espiritual”. Ella fue también la fotógrafa oficial del equipo olímpico americano que competió en los juegos Olímpicos de Atlanta 1996. El trabajo quedó impreso en el “Olympic Portraits”.
Durante más de 25 años, Leibovitz ha estado creando imágenes icónicas que capturan el estilo de vida y la cultura popular estadounidense, como refleja su libro “Annie Leibovitz: La vida de una fotógrafa, 1990-2005”.
Unida sentimentalmente a Sunsan Sontag, Leibovitz inmortalizó su relación incluso en los peores momentos del cáncer que padeció la escritora y que causó su muerte en 2004. Con posterioridad, algunas de esas instantáneas, junto a otras significadas de su carrera, fueron recogidas en una gran exposición exhibida en importantes ciudades del mundo. En junio de 2009, Leibovitz la presentó en Madrid dentro de PhotoEspaña.
El Príncipe de Asturias será así la enésima condecoración de Leiboviz, Comendadora de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, designada “Leyenda viva” por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en 2000 y reconocida con la Barnard College Medal of Distinction, el Infinity Award in Applied Photography del Centro Internacional de Fotografía y el Los Angeles Museum of Contemporary Art Award to Distinguished Women in the Arts, entre otras distinciones