La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida desde mayo pasado, ha decidido acudir personalmente al Senado para presentar su defensa en la última fase del juicio que le puede costar el cargo, informó hoy su oficina de prensa.
Esa última fase del proceso comenzará el próximo 25 de agosto y se prevé que durará entre tres y cinco días, aunque los detalles del trámite serán definidos en una reunión que hoy mismo mantienen los presidentes del Senado, Renán Calheiros, y del Tribunal Supremo, Ricardo Lewandoswki.
El juicio político contra Rousseff fue instaurado en el Senado el pasado 12 de mayo y hasta ahora la mandataria, suspendida de todas sus funciones desde esa fecha, había declinado el derecho a presentar su defensa personalmente.
Rousseff ha sido representada en todas las audiencias por su abogado y exministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, quien ha insistido una y otra vez en que el proceso es “ilegal” y carece de “sustentación jurídica”.
La gobernante ha sido sustituida en forma interina por Michel Temer, quien ocupaba la vicepresidencia y completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019 en caso de su definitiva destitución.
Este martes, Rousseff divulgó una “Carta a los Brasileños”, en la que volvió a negar los cargos formulados en su contra, que se refieren a diversas irregularidades fiscales y en el manejo de los presupuestos.
En ese documento, ha insistido en su inocencia y anunciado que, en caso de que fuera absuelta y recuperase el cargo, promoverá la realización de un plebiscito para adelantar las elecciones previstas para octubre de 2018.
“Brasil vive uno de los momentos más dramáticos de su historia” y la solución para la “grave crisis política y económica” del país “pasa por el voto popular, en unas elecciones directas”, dice el documento divulgado por la mandataria.
Una consulta de esa naturaleza, sin embargo, debería ser aprobada por el Parlamento, en el que Rousseff cuenta con escasos apoyos, al menos según las últimas decisiones sobre el juicio de destitución.
La semana pasada, el Senado realizó una primera votación para decidir sobre la continuidad del proceso, que fue respaldada por 59 votos frente a sólo 21 que se inclinaron por archivar la causa.
Esos 59 votos superan en cinco la mayoría absoluta necesaria para que, en la última fase del juicio que empezará la semana próxima, Rousseff sea finalmente destituida y Temer sea confirmado como presidente efectivo de Brasil.