Luego de que el secretario de Estado norteamericano John Kerry dispusiera de “una semana” para que Siria entregue sus armas químicas, el gobierno ruso, principal opositor de una intervención militar, se unió a la medida y le pidió el régimen de Bashad al Assad que coloque “su arsenal químico bajo control internacional”, aspecto aprobado por el país del Oriente Medio.
El Canciller Serguei Lavror, anunció que Rusia hace “un llamado a los dirigentes sirios no sólo a aceptar poner su arsenal de armas químicas bajo control internacional y a continuación destruirlo, sino también a unirse plenamente a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas de la ONU (OPAQ)”.
El anuncio fue sorpresa para la comunidad internacional puesto que los rusos se habían mostrado en total oposición a un eventual conflicto en Siria, y le habían dejado en claro al gobierno estadounidense su desacuerdo. El presidente Vladimir Putin afirmó en los últimos días, que el uso de la fuerza en el país del Oriente Medio recaería en una “abuso y una violación a los tratados internacionales”.
No obstante, las declaraciones de Lavror mostraron que Rusia impulsa la iniciativa de poner en un ‘estado de cuarentena’ al territorio sirio para buscar y destruir las reservas químicas del régimen del al Assad y apoyar directamente a la ofensiva diplomática que la comunidad internacional está realizando. Asimismo, el primer ministro británico James Cameron, felicitó las declaraciones del Canciller Lavror y añadió que si “la propuesta de Rusia se diera, sería enormemente bienvenida”.
De igual manera, el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio notificó que el Gobierno da vía libre para que se coloquen bajo la tutela internacional los arsenales químicos para evitar futuras confrontaciones con los Estados occidentales.
