El expresidente Ernesto Samper es uno de los personajes de la política nacional que más le apuesta a la salida negociada. Celebra el reconocimiento del conflicto armado por parte del gobierno de Juan Manuel Santos y manifiesta las cinco razones por las que cree que, esta vez sí, los diálogos con las Farc van a dar resultado.
En 1998, meses antes de dejar la presidencia de la República, Ernesto Samper propuso y logró la creación del Consejo Nacional de Paz. Este mecanismo tenía la intención de propiciar un espacio de representación en el que la sociedad civil pueda participar en las eventuales discusiones de paz entre gobierno e insurgencia.
Luego de las fracasadas negociaciones en Maguncia, Alemania, con la guerrilla del ELN, el mandatario se volvió a crear un mecanismo legal para garantizar la participación de la sociedad civil en una iniciativa de diálogo. Samper, en medio de todos los problemas que vivió durante su administración, se mostró como un hombre de paz.
Hoy, casi 15 años después de estar al frente del Gobierno, el expresidente ve desde la barrera el proceso de paz de Santos con las Farc. En medio de la supuesta falta de aire de las negociaciones, jalonada por las encuestas y el mal ambiente que al proceso hacen los “enemigos de la paz”, el exmandatario cree que esta vez sí será.
En el foro “Las conversaciones en La Habana: reflexión para una política de desarrollo agrario integral que conduzca a la paz” el exmandatario reconoció la voluntad de este gobierno de intentar una salida negociada al conflicto.
Para Samper, el valor de esta iniciativa inició con “reconocer la existencia de un conflicto armado” luego de que, durante ocho años, se dijera desde el gobierno que lo que existía en Colombia era una amenaza terrorista que debía ser combatida con toda la fuerza militar posible.
Por eso el expresidente es optimista. Dice que los astros “están alineados” y que existe una posibilidad real de que de la mesa de negociaciones en La Habana salga un acuerdo final que permita poner fin al conflicto (la paz negativa) y encaminar al país en la implementación de lo que él mismo denomina la paz positiva.
Confidencial Colombia recoge las cinco razones por las que Ernesto Samper cree que esta es la mejor posibilidad en la historia del país para terminar el conflicto con las Farc.
1. Equilibrio de fuerzas
Para Samper, la situación militar del conflicto armado ha cambiado. Mientras que la guerrilla llegó al Cagúan como parte de una decisión de encontrar un lugar despejado del país para fortalecerse en número de hombres, relaciones con la población civil e incremento de estructuras de negocios ilícitos, hoy las Farc llega a La Habana decidido a terminar con el conflicto armado.
Según el expresidente, las Farc no están derrotadas pero sí se encuentran en una posición defensiva. La fuerza pública tiene la iniciativa militar gracias a que, según Samper, la política de Seguridad Democrática cambió el equilibrio de fuerzas entre la insurgencia y los militares.
2. Cuba y Venezuela
El gobierno de Juan Manuel Santos, en lugar de estigmatizar a estos dos países, que según Samper tienen identificación ideológica con la guerrilla de las Farc, utilizó sus “buenos servicios” y los vinculó al proceso de negociación como países garantes y facilitadores en el diálogo.
Como su “nuevo mejor amigo”, Santos convirtió a Hugo Chávez en una figura imprescindible para que las Farc le apostaran a la fase exploratoria de diálogos y lograran concertar una agenda concreta.
3. Las leyes
Mientras los negociadores del gobierno intentaban concertar un acuerdo con la guerrilla de las Farc, el Congreso legislan de manera histórica. Para Samper, la sanción de la ley de Víctimas y Restitución de Tierras sentó la clave para que el problema agrario se tratara en La Habana y se escogiera como primer punto de discusión.
Expertos afirman que el gobierno busca “quitarle las banderas a las Farc” a través de una política de devolverle la tierra a los despojados y reparar a las víctimas de la violencia en el país.
4. Una agenda concreta
A diferencia del Caguán, donde según Ernesto Samper hubo tres años de intentos por establecer una agenda de discusión, en estas negociaciones se estableció un “punto cero”. Es decir, una agenda concreta, ligada a seis puntos fundamentales de los cuales no se pueden salir.
El expresidente reveló que hubo, antes de establecer los temas de discusión en La Habana, 127 reuniones entre los voceros de la guerrilla y los negociadores del gobierno. Para el exmandatario, la agenda constituye un marco y una hoja de ruta para solucionar los problemas establecidos.
5. La última oportunidad
Finalmente, el análisis de Samper concluye con que la guerrilla de las Farc tiene en este intento la última oportunidad de construir un acuerdo de paz con el gobierno. El grupo insurgente tiene cada vez menos imagen favorable y la idea de la toma del poder por las armas es una utopía.
El gobierno, esta vez en cabeza de Juan Manuel Santos, también se queda sin aire con cada intento fracasado.