“Santiago Uribe me perdonó la vida”

A lo largo de su carrera, Olga Behar ha colindado con la realidad de Colombia. Su experiencia como periodista cubriendo el Congreso en los años noventa y la vida fuera como corresponsal, le deja en su anecdotario múltiples historias en páginas de libros y reportajes. Su nuevo libro, A bordo de mí misma, narra anécdotas con personajes de los talantes más diversos que una reportera de su calidad y experiencia ha tenido que ‘pilotear’.

Su indiferencia a escribir en primera persona la dejó a un lado para realizar un compilado de crónicas autobiográficas que develan su relación con grandes personajes y sucesos de Colombia.

En uno de sus capítulos, la periodista cuenta cómo fue la tarea de conocer al M19, labor que uno de sus más grandes maestros, Jaime Soto, le encomendó gracias al inicio del proceso de paz que posteriormente firmaría el gobierno de Belisario Betancur. Esta parte de su ejercicio periodístico trajo como consecuencia el señalamiento, por parte del general Vega Uribe, de una posible militancia con el grupo guerrillero.

De la misma manera, sus publicaciones sobre el expresidente Álvaro Uribe Vélez y su círculo más cercano, abarcan varias páginas de su trabajo como periodista investigativa. Como lo cuenta en el apartado “Puede dormir tranquila”, en el que relata una frase punzante que Santiago Uribe, hermano del actual candidato al Senado, le lanzó en un audiencia conciliatoria: “Señora Behar: quiero aprovechar este momento para decirle que de mi parte, de mi familia y de quienes me rodean, que duerma tranquila, que de mi parte no le pasará nada”.

Olga Behar ha tenido la posibilidad de viajar por muchas partes del mundo, de establecerse en un lugar con la marea más calma, como en este autobiografía atípica lo evidencia, pero su corazón y la necesidad de seguir contando historias de los hechos del poder en Colombia la atrapan, recordándole que en una parte del planeta donde un presidente ‘desperdicia’ su tiempo en una red social para tildarla de “mercenaria de los mercenarios”, no es más que un llamado a seguir escudriñando la clase dirigente.

El libro, como algún gran amigo de Olga lo dijo, es adictivo. Imaginar por medio de un relato periodístico lo anaqueles de la historia Colombiana, genera introspección en las letras de este trabajo de algo más de 280 páginas.