"Santos y Uribe son dos perros que se ladran, pero no se muerden"

Piedad Córdoba desestimó que haya una verdadera confrontación entre el Gobierno y el expresidente. También, habló de paz y de su futuro político. No descartó aspirar a la Presidencia.

En estos dos años de gobierno, ¿Cómo le ha ido a Santos en materia de paz?

Desde la óptica de él, que viene desde Uribe, le va mejor apostándole a la guerra. Para él la militarización total, la búsqueda incesante de que el país esté convencido de la vía militar, es la salida a la guerra .

Sin embargo, creo, y se refleja en las encuestas, que la gente no le está reconociendo golpes como los de ‘Alfonso Cano’ o el ‘Mono Jojoy’, que son tan importantes para ellos. Eso significa que el país está por la salida política.

Si Santos desenfunda la “llave de la paz” y se sienta a hablar con la guerrilla, ¿cuál sería su papel?

Primero, creo que sí hay contactos con las Farc y el Eln. La agenda nacional, qué temas entran, cuales son los intocables o qué tipo de negociación será, lo dará a conocer el Gobierno. Una vez eso se sepa, es claro que Colombianos por la Paz entra.

Para mí, nosotros y los colombianos en general, como sociedad civil, tenemos que ser fundamentales en esa negociación. La paz pasa por ahí.

¿Cree que Venezuela o Cuba jugarán en un proceso de paz?

Elegir países facilitadores, o cualquiera que sea su condición, es una cosa que deben coordinar las Farc y el Gobierno. Que fueran ellos, me parecería maravilloso. Son países amigos de la paz y ambos actores les tienen confianza.

Después de la liberación de los soldados y policías, ¿Qué paso sigue para Colombianos por la Paz?

Vamos a presentar un documento en el que hacemos un balance de lo que ya logramos, y presentamos una postura frente al Marco Legal para la Paz. Es lo que puedo adelantar.

Marcha Patriótica, de la que usted hace parte, ha dicho que tiene vocación de poder, ¿esa vocación se va a ver en las elecciones de 2014?

Ojalá, aunque no estamos pensando únicamente en lo electoral. Este movimiento político está en medio de un proceso de organización muy fuerte que pasa por los cabildos que se han organizado, el cabildo de jóvenes de Cartagena, las constituyentes por la Paz y la articulación con movimientos sociales.

A medida que se vaya generando el fragor electoral eso se va dando. Se van a ir generando los debates por la paz y Marcha tendrá mucho que decir. Para eso, estar presente en las elecciones es necesario. No solo pensando en una candidatura presidencial, también para las listas del Congreso. Tenemos primero que llegar a la unidad.

Marcha está adelantando unas constituyentes por la paz, ésa ha sido una de las peticiones de las Farc en caso de una negociación, ¿qué coincidencias hay en ese punto?

El Constituyente primario, la gente, está participando. Y seguramente de ahí saldrán elementos que van a confluir con una Asamblea Constituyente o con las reformas que salgan de un proceso de paz. De ahí pueden salir cambios, por ejemplo en el sistema electoral, que permitan que actores políticos como éste lleguen al Congreso.

¿Cómo está su relación con el Partido Liberal y con Simón Gaviria?

Es simple, la izquierda liberal está toda en la Marcha. Yo no reconozco la directiva del Partido. No puede ser legítima una directiva que se erige bajo la manipulación de unos estatutos para estar cerca del gobierno, para establecer alianzas manejando el partido como si fuera una franquicia. Mientras que no se defina la viabilidad de un Congreso extraordinario del liberalismo, yo no creo que tenga algo que hacer ahí.

Simón Gaviria nunca lo ha hecho bien. No lo digo solo porque haya violado los estatutos para elegirse, lo que hizo en el Congreso es deplorable. Esta es una de las peores crisis del liberalismo.

¿Sigue viendo la Presidencia en su futuro?

Lo primero que tengo que hacer es tener derechos políticos, el derecho a ser elegida. Ya interpuse una tutela contra la primera decisión del Procurador y estoy a tiempo de presentar la otra. Para mí él no tiene las competencias, la Corte lo decidirá. El Consejo de Estado tendrá que pronunciarse sobre la inhabilidad. Si eso se gana, yo no descartaría la posibilidad, no lo voy a negar.

Por ahora estoy muy comprometida con fortalecer estos procesos con Marcha y la Izquierda Liberal. Y lo más importante, con la unidad de todos los sectores progresistas y humanistas que estamos pensando que hay que construir un modelo alternativo de país.

¿Es decir que se une a la propuesta de Navarro de una gran alianza entre Progresistas, el Polo, Marcha, e incluso, el Partido Verde?

Yo creo que ése es el camino. Nosotros también lo venimos diciendo desde el principio.

¿Es positivo para el país la formación de este grupo de “indignados” que se reúne en Medellín?

A mí me parece que la polarización entre Uribe y Santos es artificial. Yo no creo en esa pelea. Son perros que ladran pero no se muerden. De pronto le tiene más miedo Santos a lo que diga Uribe, que al revés.

Sin embargo, a mí me parece muy positivo si a partir de allí se puede constituir una vía de centro, que se distancie de lo que propone Uribe. Aunque todo lo que sirva para bajarle el tono a esa confrontación tan inoficiosa para el país es positivo.

¿Esa confrontación es la principal razón para que Uribe mantenga su popularidad?

Yo no creo tanto en la popularidad de él. Lo que el está haciendo es una huida hacia delante, un mecanismo de defensa frente a todas las denuncias penales en su contra, las declaraciones de los paramilitares que lo involucran directamente a él y las cosas que hacen falta por salir.

Él lo que ha generado es un escándalo, como en la época de Pablo Escobar, para que todo el mundo salga corriendo a gritar: “Hay que arreglar con Uribe”, “hay que traer a fulano para que hable con él”, “no hay que dejar que lo metan a la cárcel”. Y eso no puede ser.

Hablando de Uribe, usted tiene unas denuncias contra él, y miembros de su gobierno, por la persecución del DAS, ¿Cómo va eso?

Eso no ha caminado ni en la Comisión de Acusaciones, ni en la Corte Suprema. En otro país, por lo que ellos hicieron, se habría caído el Gobierno. Eso fue escandaloso. Sabiendo que todavía nos pueden estar siguiendo y haciendo cosas muy parecidas, nada es tan horrible como lo que sufrimos durante esos ocho años.