Sensualidad y sofisticación en el Círculo de la Moda

La majestuosidad y la nostalgia del pasado se reinventaron en la colección ‘Everywhere’, de Kika Vargas, donde las siluetas de comienzos del siglo XX, el orientalismo y la delicadeza de las texturas contrastaron con volúmenes minimalistas.

Estampados de otros tiempos, trabajados a mano y enmarcados en prendas sobrepuestas, caídas holgadas, siluetas oversized y cinturas bajas revistieron los conjuntos presentados por la diseñadora en la que predominó el detallismo.

Inspirada en una mujer introspectiva y ensoñadora, pero a la vez moderna y sofisticada, la diseñadora imprimió a los atuendo apliques de Swarosvky, clutchs multiformes y accesorios en oro, que contrastaron con las pijamas amplias, las sedas, brocados y lamés, enriqueciendo visualmente cada una de sus prendas.

Colores como el nude, el dorado, el esmeralda, el negro, el anaranjado y el borgoña se configuran como elementos cohesionadores de una propuesta que contó con elaboraciones hechas a mano, cortes geométricos y lineales, intencionadamente creados para dar estructura a los conjuntos.

Punk sexi y kitsch de Bettina Spitz

Esa es la premisa conceptual de la colección ‘Barrock’, de la diseñadora Bettina Spitz, donde lo ecléctico y lo figurativo se configuraron en prendas atemporales, divertidas y juveniles.

Materiales que evocaron el rock, como el cuero y los taches, fueron fusionados con elementos como los brocados, las estampaciones y las combinaciones únicas de pedrería.

Jugando con el dorado, el blanco, el negro, el ocre y el borgoña, la diseñadora presentó símbolos de la cultura popular que funcionaron como elementos cohesionadores de la colección: Corazones, coronas, cruces y animales se pudieron ver en zapatos, accesorios y prendas.

Lo recargado y los dibujos intricados y arabescos de la tendencia barroca se revistieron de un nuevo aire, al combinar lentejuelas, taches y otros elementos que crearon una propuesta llamativa y fascinante visualmente.

Los vestidos ceñidos de terciopelo, lycra y los hot pants mostraron a mujeres divertidas e impactantes.


El romanticismo de Natalia Londoño

Los fractales y la claridad de la naturaleza invernal fueron el elemento inspirador de la colección de Natalia Londoño, que contrastó las gasas y las lanas deshiladas a propósito para dar un efecto simultáneo de etérea desnudez y contundente protección.

Los elementos más destacados en la pasarela de Natalia Londoño fueron los cuellos de lana sobre las siluetas oversized, románticas y ligeras, que dan el aire a la mujer que porta el atuendo, un lejano aire de princesa invernal.

Maxi vestidos, atuendos de varias piezas, apliques y transparencias, así como lycras de cintura alta contrastadas con furs y lanas que constituyeron volúmenes en las partes superiores de los atuendos, fueron las piezas que constituyeron el contrastante ensamble propuesto por la diseñadora, que complementó su colección, provista de feminidad angelical, con acentos dorados y materiales brillantes.

La oscuridad de A New Cross

Una instalación que refleja todo el espíritu urbano, gótico dio comienzo a la colección presentada por el diseñador Nicolás Rivero, ‘Atratus’, que es una continuación de su propuesta anterior, donde presentó figuras imbuidas de vanguardia oscura, prendas superpuestas y cortes asimétricos tanto para hombres como para mujeres.

Riveros presentó una pasarela que combinó la austeridad monacal, la androginia y las variaciones del negro a través del ensamble perfecto de las prendas sobre la anatomía.

Funcionales, arriesgadas y asexuadas, las piezas, que tienen como sello distintivo el estar hechas a mano, presentaron un juego de texturas en las que predominaron los pequeños acentos dorados y líneas verticales de color.

Las prendas hechas a mano, cueros, pieles y tejidos de punto dieron imponencia y singularidad a los conjuntos, que mostraron la esencia transgresora a nivel de géneros y proporciones dimensionales, han destacado a Nicolás Rivero en el mundo de la moda colombiana.