En medio de una nueva ronda de diálogos en La Habana, en donde se sigue trabajando el tema del problema de las drogas ilícitas, las Farc presentaron “cuatro propuestas mínimas” para la suspensión de aspersiones de glifosato como mecanismo de erradicación.
Como primera medida el grupo subversivo propone una “suspensión de las aspersiones aéreas con agentes químicos”, dentro del que destacan el glifosato. La medida se basa, según las Farc, en el “el fracaso de esa política auspiciada por el imperialismo estadounidense en su mal llamada guerra contra las drogas” y los efectos perjudiciales que ha dejado en la población campesina que habita alrededor de los cultivos.
Además, proponen un “censo de víctimas de las aspersiones aéreas” a realizar con la participación de “campesinos, indígenas y afrodescendientes” afectados por esta práctica, reforzados con “las técnicas de referenciación geográfica” de todas las regiones.
La tercera propuesta se enfoca en una “reparación integral de las víctimas”. Este punto tendría como base el censo que se haría, para que de esta manera los afectados también se los tome como “víctimas del conflicto”. El proceso estaría atado “a partir de las condiciones de reparación pactadas por el Estado colombiano con la hermana República del Ecuador en reconocimiento de los daños causados por las aspersiones realizadas sobre parte del territorio y de los habitantes de ese país”.
Para finalizar, las Farc proponen la creación de un “fondo para la reparación” en el que, además de usar el dinero que el Estado demandaría para este problema, serían utilizados “los recursos provenientes de la financiación que ha venido realizando Estados Unidos a su fracasada guerra contra las drogas”.
Este nuevo ciclo ha sido marcado por los reclamos que los negociadores de las Farc han venido haciendo en relación a las amenazas que varios grupos ilegales han hecho en contra de varias organizaciones sociales, líderes políticos de izquierda y defensores de los derechos humanos. La falta de garantías para la participación política, que para la guerrilla continúa viva en el país, hace que “ante el peligro en que se encuentra este nuevo intento de reconciliación” todo el país “actúe con todas sus potencialidades, en defensa y salvación del proceso de paz”.
