Bienvenidos al nuevo espacio de conciertos de Armando Music Hall, un lugar con capacidad para mil personas pero dispuesto para millones de noches soñadas y la mejor selección de música en vivo del mundo.
Todo empezará con la demente invasión sueca de The Hives este próximo miércoles 05 de noviembre. Será una inauguración tan anhelada como afortunada para Bogotá, una ciudad que merece más tarimas de esta calidad.
Por otro lado, una metrópoli que siempre esperó recibir todo el sudor y la distorsión guitarrera del quinteto redentor del nuevo rock garajero. Después de la fecha sold-out que compartirán junto a los Arctic Monkeys en el Coliseo El Campín este próximo 4 de noviembre, mil allegados a la banda tendrán la oportunidad de tenerlos en vivo y en el rostro, durante una experiencia tan emocional como íntima. La primera de muchas que habrán de venir.
La conexión Sueca
La llegada a Colombia de The Hives trae consigo necesariamente un fresco aire de revolución. Es esa pequeña gran promesa de sacudón al establecimiento que tanto esperaba el rock en Bogotá. Después de todo, estos díscolos y geniales escandinavos –junto a bandas norteamericanas como The White Stripes y The Strokes–, sacaron al rock de las salas de ensayo de garaje y lo llevaron a las grandes tarimas del planeta, mientras el milenio pasado encontraba su final en nuestros calendarios. Después de todo, los suecos ayudaron a pavimentar el camino que bandas como los Arctic Monkeys y tantos más que transitan hoy en día.
Uniformados impecablemente de blanco y negro, armados de sarcasmo y descargas guitarreras del punk rock más intempestivo, los Hives lograron ventas diamante durante la década del 2000, con canciones brillantemente entretenidas como ‘Hate To Say I Told You So’, ‘Tick Tick Boom’ y ‘Walk Idiot Walk’. El nuevo sonido escandinavo se fue convirtiendo en un fenómeno universal de necesaria irreverencia rocanrolera, una convulsión escénica directamente alusiva a un Iggy Pop temprano y a unos MC5 carburantes.
Lo del quinteto ha sido un impecable ejercicio de calidad clásica, mezclado con un psicótico enfoque contemporáneo que se ha explayado de manera delirante en sus cinco álbumes de larga duración, incluyendo el reciente y temerario Lex Hives de 2012.
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