En medio de una de las elecciones presidenciales más polémicas, el máximo líder de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri: ‘Timochenko’, invitó a que se vote en Blanco el próximo 15 de junio, fecha en la que se llevará a cabo la segunda vuelta. De la misma manera pidió crear una coalición de izquierda que permita “enfrentar de manera sólida” al nuevo gobierno que se posesione el 7 de agosto.
En el comunicado firmado por el líder guerrillero, aseveró que el Voto en Blanco es la manera de contrapesar dos propuestas casi idénticas: “Una alternativa sería la espontánea y masiva votación en blanco, capaz de deslegitimar, incluso jurídicamente, las dos opciones militaristas y neoliberales. No hay duda de que una sorprendente votación que superara los sufragios de ambas candidaturas sería capaz de generar un terremoto político en el país”.
Además instó a todos los grupos de izquierda de oposición a agruparse para frenar el gobierno que se posesione el próximo mes de agosto. “Podría considerarse una urgente reagrupación de todos los sectores inconformes y de oposición, una poderosa coalición con la izquierda política tan bien posicionada, con el apoyo político de la insurgencia en su conjunto, alrededor de consignas sencillas como la solución política al conflicto interno, el cese el fuego, la asamblea nacional constituyente, el contundente rechazo a todas las formas de politiquería tradicional y reformas urgentes de carácter social, con el propósito de enfrentar, de manera decidida, una fuerza sólida de masas al nuevo gobierno que se posesione el 7 de agosto”.
Para ‘Timochenko’, los candidatos que se disputarán su presencie por cuatro años en la Casa de Nariño no se diferencian en sus idearios políticos: “Que a Oscar Iván Zuluaga le importe un pito aparecer como el abanderado de la guerra, no hace de Juan Manuel Santos un hombre de paz. Al igual que su rival en la contienda electoral, Santos menosprecia cualquier reforma de amplio contenido democrático, o que implique el menor cambio en la inequitativa distribución de la tierra y la riqueza en el país”.
También criticó el talante que, según ‘Timochenko’, Juan Manuel Santos le ha dado en su campaña a varios sectores de la sociedad: “Se preocupó por tranquilizar a los sectores pudientes, aclarándoles que ninguno de sus privilegios o intereses estaba en riesgo en la Mesa de La Habana, con el mismo énfasis con el que procuró convencer a las Fuerzas Armadas y sectores militaristas de que ni un solo peso del presupuesto militar, del gasto de guerra, de las adquisiciones planeadas o compromisos adquiridos, ni siquiera el pie de fuerza o los planes por incrementarlo sufrirían la menor alteración en la firma final de un acuerdo con las Farc en La Habana”.
Y recordó que para el presidente-candidato “la paz, para los sectores que representa, implica necesariamente que todo siga igual. Que no se toquen para nada las causas que han originado la confrontación del último medio siglo en Colombia”.
Otro de los de temas que el comandante en jefe de las Farc tocó, fueron los enfrentamientos entre Santos y Uribe, el cual, esgrime en el comunicado, “no son de la hondura que se muestran. Los dos guardan identidad y fidelidad absoluta con el neoliberalismo económico y la doctrina de guerra dominante, y sirven con igual devoción a los intereses económicos y políticos de Norteamérica, experimentan igual repugnancia hacia los procesos democratizadores y renovadores que se cumplen en varios países suramericanos, y sobre todo confieren el mismo tratamiento violento a las aspiraciones de las grandes mayorías marginadas del país. Los dos representan poderosos sectores del capital y la tierra”.
La única diferencia descrita en esta nueva misiva de ‘Timochenko’ entre los presidentes es la manera como el conflicto interno: “Mientras primero de ellos, magistralmente interpretado hoy por su candidato Oscar Iván Zuluaga, se inclina decididamente por la intolerancia absoluta y la solución exclusiva por la fuerza, el segundo apuesta en primer término a conseguir la rendición de la insurgencia en la Mesa de La Habana, reservándose paralelamente el derecho a aplastarla por la fuerza”.
El líder guerrillero concluye afirmando que la mesa de diálogo tomará importancia si como consecuencia de este proceso nazca un movimiento que desarrolle todo los cambios pactados. “En lo fundamental habría que considerar que la mesa de diálogo tiene toda su importancia en la medida en que posibilite, viabilice o catalice un gran movimiento nacional por los cambios fundamentales. El único Acuerdo que como revolucionarios podemos aspirar a firmar en ella, es aquel que cuente con el respaldo de ese gran movimiento popular que a su vez impida desmontarla. En los demás casos podríamos estar lindando con realidades insoportables. Un asunto para sopesar seriamente”.