Se cierra 2016, un año apasionante en el panorama político nacional e internacional. Los colombianos se reúnen desde primera hora del día 31 para celebrar con la familia y los amigos el fin de año. En una noche tan especial como la de hoy, no deben faltar las 12 uvas, la ropa interior de color amarillo, maletas, lentejas… y un sinfín de agüeros que buscan atraer la fortuna en el nuevo año. En el mundo tampoco son ajenos a estas tradiciones. Hagamos un recorrido por las más simpáticas en todos los rincones del planeta.
10. Estonia
Su tradición en Año Nuevo es apta solo para glotones. En las casas literalmente llenan la mesa de comida y comparten en familia durante toda la noche, el asunto se complica cuando las personas comen 7, 9 o 12 veces. Si los invitados siguen el ritmo es una seria falta de respeto.
9. Dinamarca
Su costumbre es romper platos y vajillas por toda la casa, las personas han llevado esta tradición a las calles donde los productores de estas porcelanas tienen la gran venta del año, se estima que cada persona rompe de cinco a diez vajillas.
8. Sudáfrica
En el barrio de Hillsboro, en Johannesburgo, es tradición entrar al Año Nuevo sin trastos viejos, con el fin de atraer la prosperidad, por lo que los habitantes de este lugar, tiran los muebles por la ventana.
7. Filipinas
Aunque parezca un concurso nacional del disfraz no lo es, las mujeres e inclusive muchos hombres visten un atuendo amarillo con puntos blancos que según la creencia es para traer la prosperidad en el nuevo año.
Los lunares simbolizan las monedas que traen prosperidad y salud.
6. Groenlandia
Parece escalofriante pero su tradición más grande es comer un animal llamado kiviak, denominada como un ave acuática, lo más curioso es que cenan su carne casi cruda, su receta consiste en macerar la carne dentro de la piel de una foca en la que se enrolla sin dejar entrar nada de aire, y que tarda 7 meses en estar lista para comer.
5. Alemania
Existe la tradición de jugar al Bleigießen, una especie de juego adivinatorio. Su práctica consiste en fundir varias figuritas de plomo en un cucharón, una vez hecho esto, se pone el plomo fundido dentro de agua fría para que se endurezca, formando una rara silueta, que simboliza lo que deparará el futuro.
4. Irlanda
Denominado el país de las supersticiones en año nuevo, primer lugar ese día no debe cerrarse ninguna puerta de la casa, para aquellos que ya no están con nosotros, puedan pasar libremente a celebrar esas fiestas tan especiales.
Además la primera persona que salga de la casa en Año Nuevo, debe ser un hombre, moreno y alto para traer prosperidad al hogar, nunca una niña pelirroja que atraería la mala suerte.
Pero la tradición más curiosa de todas, es la de tirar trozos de pan contra la pared para ahuyentar los mala suerte, y traer el buen humor a la familia… ¡las risas están garantizadas!
3. JAPÓN
Su tradición más grande es recibir el nuevo año con el sonido de las campanas, se estima 108 campanadas de cada templo budista, con los que así se evitan los 108 pecados que los humanos pueden cometer. Es un verdadero concierto para los extranjeros que vivieron esta experiencia en el país asiático.
2. Canadá, Estados Unidos y Escocia
Las personas empieza el Año Nuevo con un chapuzón en aguas frías literalmente. La tradición de lanzarse a las aguas gélidas para conseguir un sentido de renovación muy refrescante. Esta práctica es acogida por muchas personas, pero cabe decir que no todas las personas las realizan esta práctica ya que es bastante escalofriante.
1. Reino Unido
Que Reino Unido es el país de la puntualidad nadie lo niega. Algunos incluso llegan a afirmar que los británicos llevan un reloj integrado en el estómago. Este tópico se podría extender también a sus tradiciones de fin de año, puesto que la prontitud es clave en la «first footing».
Esta costumbre consiste en ser el primero en visitar a familiares o amigos después de que haya pasado las 12 de la noche. La persona que llegue antes a la casa de la celebración será la portadora de la buena suerte durante el resto del año. Debe ir acompañado de algún tipo de regalo –la tradición popular destacaba entre ellos dinero, pan o carbón– para asegurar que la familia no tendrá carencia de estos productos.