En el Cementerio Central de Bogotá se llevó a cabo en la mañana de hoy, la exhumación del cadáver del líder del M-19 Carlos Pizarro León-Gómez, asesinado dentro de un avión el 26 de abril de 1990, cuando viajaba entre Bogotá y Barranquilla.
La exhumación fue ordenada por la Dirección de Análisis y Contexto -Dinacde la Fiscalía, para determinar con precisión la trayectoria de las balas que acabaron con la vida del líder, razón por la cual también será exhumado en los próximos días el cadáver del sicario Gerardo Gutiérrez Uribe, alias “Jerry”.
Ese 26 de abril Pizarro León-Gómez, quien un año atrás había entregado las armas en el proceso de desmovilización del M-19, iniciaba su campaña a la Presidencia de la República con una correría por la Costa. A las 9 am arrancó del Aeropuerto El Dorado en un avión de Avianca rumbo a Barranquilla. 8 minutos después de despegar, el sicario se levantó de su silla, entró al baño y al salir, disparó contra Pizarro, según versiones iniciales, por la espalda.
Un escolta del DAS que hacía parte del esquema de seguridad de Pizarro, disparó contra Gutiérrez, causándole la muerte. “Hay incongruencias en la trayectoria de las balas y en las versiones sobre lo sucedido. El arma homicida, un elemento fundamental para la investigación, se encontraba en custodia fue fundida con el argumento de que por congestión era necesario vaciar el almacén donde se encontraba”, le cuenta a confidencialcolombia María José Pizarro, la hija del líder asesinado, quien encabeza la presión al Estado por el total esclarecimiento de este asesinato, declarado como crimen imprescriptible.
“Tampoco se realizó prueba de guantelete a los pasajeros del avión, en fin, fueron cometidos muchos errores que no permitieron que durante tantos años se esclareciera el crimen. La actual Fiscal del caso ha retomado el caso y ha permitido avanzar en la investigación. Por eso se ordenó la exhumación de mi padre y la de su asesino”, recalca María José, quien se encuentra vinculada con el Centro Nacional de Memoria Histórica como coordinadora de la estrategia de participación de víctimas, y hace parte del grupo Hijas e Hijos por la identidad y la justicia contra el olvido y el silencio.
En la lucha contra la impunidad en el caso de su padre, y por la reivindicación de su memoria, María José hizo la curaduría de una exposición llamada Ya Vuelvo, Carlos Pizarro Memoria para la paz, que estuvo expuesta en el 2009 en Barcelona, 2010 en el Museo Nacional de Bogotá, y en el 2011 en Cartagena y en el Estadio Pascual Guerrero, en Cali.
“En el actual contexto del proceso de paz de La Habana, esclarecer el crimen de mi padre sería una garantía de no repetición, un elemento que permitiría demostrar que los crímenes de los desmovilizados no quedan impunes”, dice María José, quien insiste con terquedad y en contra incluso de opiniones familiares contrarias, en hacer todo lo que a mano tenga para que se aclare quienes fueron los verdaderos autores intelectuales del crímen.