Según confirman varios medios, EEUU ha lanzado hasta 60 mísiles tomahawk desde su base de Ash Sha’irat, en la provincia siria de Homs, contra dos bases aéreas del régimen de Bachar el Asad, en represalia a los ataques con armas tóxicas. Parece que este es el principio de una ofensiva del ejército de EEUU contra Damasco, y se esperan más incursiones a lo largo de la noche.
El ataque llega después de que Trump hablará de una manera un tanto incierta que estaban pensando en atacar posciones del ejército sirio después del ataque con armas químicas que perpetró el régimen de Bachar el Asad. “No quiero decir lo que voy a hacer respecto a Siria”, confesaba hoy el mandatario estadounidense, dejando aún más incertidumbre, a los medios a bordo del Air Force One camino a Palm Beach, donde se reúne con el presidente chino, Xi Jinping.
En medio de un diálogo contradictorio, Trump dejó entrever que el actual ataque de Bachar el Asad lo había puesto en una situación obligada de intervenir: “Creo que lo que ha pasado en Siria es una desgracia para la humanidad, y él -El Asad- está allí, y supongo que él está gestionando las cosas, así que supongo que algo debería ocurrir”, dijo Trump.
Quien sí fue más específico en cuánto al plan de EEUU fue su secretario de Estado Rex Tillerson, quien afirmó que Wahington estaba estudiando una “respuesta seria” al ataque químico e instó al mandatario sirio a dimitir después de este crimen de guerra: “El papel de El Asad en el futuro es claramente incierto, con los actos que ha tomado parecería que no hay un papel para que él gobierne al pueblo sirio”.
El mismo Trump aseguró ayer que su postura frente al régimen de El Asad ha cambiado tras el ataque con armas tóxicas. Similar consideración tuvo en su día Obama, quien detuvo a última hora un bombardeo contra el régimen sirio para no estropear la posición con Rusia. EEUU bombardea regiones sirias controladas por ISIS desde 2014, pero hasta el momento nunca había llegado a atacar posiciones del ejercito del régimen.