"Un colombiano es una persona optimista": Salud Hernández

Igual que a Cristóbal Colón, a Salud Hernández Mora Colombia se le apareció por suerte. La periodista quería llegar a Paquistán y por la prioridad que su empresa les daba a los ingleses de llegar a esta parte del mundo, su búsqueda se enfocó en encontrar un lugar igual de caótico. Este país se convirtió en su casa. Hogar que, desde su papel de periodista, no deja de asombrarla y no se cansa de seguir conociéndolo. Pero con esa misma pasión que alaba las cosas buenas, critica y denuncia las injusticias, la corrupción y sus protagonistas.

Ya son 15 años viviendo en Colombia. Llegó como directora general de una multinacional de relaciones públicas pero desde el año 2000 regresó a lo que realmente le apasiona: el periodismo. Es Columnista de El Tiempo y corresponsal en Colombia del diario El Mundo de España.

Esto piensa la polémica periodista de su país por adopción y sus compatriotas:

“Un colombiano es una persona optimista, cosa que yo no soy, echada pa’ lante, en eso coincido, muy emprendedora. Al colombiano le gusta rebuscarse, no espera que las cosas le lluevan del cielo, se las ingenia. También súper educado, muy querido y con un espíritu fiestero inigualable.

Yo lo primero que dije apenas llegué a Colombia hace 15 años, fue que nunca iba a comparar jamás. España es una realidad diferente a la de acá.

De la idiosincrasia colombiana rescataría el optimismo, pero muchas veces se relaciona con una falta de autocrítica. Está bien ser positivo, pero ya creerse todos los cuentos, como que somos el país más feliz del mundo, no. Los felices somos los que vivimos bien, pero hay siete millones de colombianos que no tienen para vivir. Acá mísero es el que gana por debajo de 200 mil y pobre uno que gana el salario mínimo. Pero hay valores como la educación, lo hospitalarios que son y que el colombiano intenta ser feliz ante todo.

Hay muchas ‘colombias’. La otra Colombia no se conoce desde Bogotá. La única manera de conocerla es ir a los sitios para saber qué es lo que está pasando. Me gustaría que los demás reporteros tuvieran la oportunidad que yo tengo. La diferencia es que, si quiero ir a un sitio, tengo un medio de vida que me lo puede permitir. Si yo quiero ir a un sitio y mi periódico no me lo puede pagar, me lo pago yo. Hay gente que ese dinero se lo gasta en ir Cartagena, yo prefiero gastármelo en ir al Caguán.

Ustedes creen que son desprendidos y que no son patriotas porque no conocen España. Ojalá los españoles sintieran el amor por su país como lo sienten los colombianos. Siento que el colombiano es una persona muy amante de su país, muy patriota, adora su bandera, canta su himno. Se sabe el de su región, el de su ciudad.

Lo que más me inspira en mi trabajo en este país es que siguen pasando muchas cosas y me siguen interesando. Todavía no me he aburrido, siento que no conozco suficiente y que me faltan muchas cosas por descubrir.

La gente de mi generación creció mirando hacia Latinoamérica. Nos sentíamos muy cercanos, era parte de España. No una parte como conquistados sino como Iberoamérica, como le decíamos. Cuando me fui a estudiar al exterior en seguida me hacía amiga de los hispanos. El haberme hecho colombiana no es nada extraordinario. Yo crecí así, mirando esta parte del mundo, sintiéndolos muy cercanos. Por eso cuando uno llega aquí no se siente nunca extranjero”.