La vuelta de Falcao a la Selección le dotará de un liderazgo en el campo del que había carecido el equipo en las últimas jornadas. El Tigre, máximo goleador histórico de la Tricolor, llega cargado de goles como los que ha hecho en este inicio de campaña en Mónaco.
Radamel Falcao vuelve por todo lo alto a la Selección. 387 días después de la última vez en que se enfundó la tricolor, Pékerman volvió a llamarlo. Se podría decir que por petición popular. El grito era unánime. El Tigre debía estar entre los elegidos. Con su vuelta, Colombia no solo recupera a un delantero de categoría. El samario más allá de los goles, devolverá al conjunto una jerarquía de la que había carecido en los últimos encuentros.
Con su vuelta Pékerman pretende inyectar liderazgo en el grupo. Una falencia que ha marcado al equipo en estas eliminatorias. A Colombia le faltaba un jefe y con Falcao lo recupera. Su mero nombre infunda respeto entre las defensas rivales y aumenta la moral de la tropa nacional.
Falcao ha anotado en todo su periplo con la Selección 25 goles en 64 partidos, con un ratio de 0,39 tantos por encuentro que lo convierten en el máximo goleador histórico del combinado nacional. Además de éstos, ha contribuido con seis asistencias. Su mejor momento con la Selección llegó con las eliminatorias para el pasado Mundial de Brasil. En 13 partidos Falcao logró anotar 9 goles, que lo colocaron como el tercer máximo anotador de esa ronda, solo por detrás de Luis Suárez Lionel Messi.
Falcao fue el héroe del partido decisivo para la clasificación del Mundial 2014 que se jugó en el estadio Metropolitano contra Chile. Se podría decir que es el zenit de su carrera con la Selección. En aquel encuentro, Falcao anotó un hat trick que le sirvió a Colombia para remontar un partido que parecía imposible. Pero con el Tigre no existe la palabra utopía. La misma que se ha utilizado para calificar su regreso en estos dos años. Su fe y esfuerzo lo han llevado de nuevo a la cima cuando nadie contaba ya con él.
Y se podría decir también que el ocaso de su etapa en la selección llegó en la Copa América de Chile. Ahí Falcao no fue él mismo, sino una copia mal lograda. El samario pagó la falta de confianza y minutos que no pudo tener en el Manchester United y llegó al torneo con un ritmo de juego muy por debajo al resto de sus compañeros. Falcao se fue de vacío. Ni un gol, ni siquiera un amago de ocasión.
Volvió a ser llamado para los dos primeros partidos de las presentes eliminatorias, pero Pékerman ya le había puesto la cruz. Hasta que no se viera de nuevo la mejor versión de el Tigre, el técnico argentino no volvería a convocarlo. Y ese momento ha llegado. En su vuelta al Mónaco, Falcao ha recuperado el instinto goleador que parecía haber perdido. Seis goles en nueve partidos lleva en lo que va de campaña con los monegascos, sin contar los anotados en pretemporada. Su último doblete en Champions confirmó lo que todos ya percibían: El Tigre ha vuelto.