
El pasado sábado 25 de octubre La Minga llegó a Fusagasugá, pueblo de resistencia al fraking y con ancestros indígenas valientes.
Ver llegar de manera masiva a las chivas y luego ver la plaza de Fusa inundada de indígenas, afros, campesinos y habitantes de Fusa fue conmovedor.
Le pregunté a la gente de la Minga ¿por qué estaban resistiendo?
“Caminamos y resistimos por amor, porque somos un solo pueblo que quiere que haya paz y no existan masacres”
“Vengo de Caldono Cauca a marchar por la vida, la paz y la democracia”
Al otro día llegaron a Soacha, pueblo de resistencias y fuerzas colectivas de jóvenes y mujeres, el pueblo salió a recibir a la Minga a las calles, los puentes peatonales fueron tomados por la alegría y la emoción de recibir a la Minga.
De ahí llegaron a Bogotá y gritaban a todo pulmón:
“Guardia, guardia. Fuerza, fuerza”
Guardia que tiene solo bastones y que han cuidado la vida, guardia organizada que su presencia inspira respeto. Son pura fuerza no violenta que remueve a Colombia
“Por mi raza, por mi tierra.”
Por eso luchan, por una raza que ha sido exterminada y por la madre tierra que brinda la conexión espiritual que moviliza el cuerpo.
“Indios que con valentía
y fuerza en sus corazones, (bis)
por justicia y pervivencia,
hoy empuñan los bastones. (bis)”
Indios valientes cuyo valor es la Unidad, la tierra, la cultura y la autonomía. Son valor que nos dan lecciones éticas y pedagógicas. Contribuyen con sus brazos unidos, sus pies anclados en la tierra y su mirada clara en un objetivo compartido a transformarnos y a reflexionar sobre el papel de la vida, la paz y la democracia. La justicia no están dispuestos a entregarlo.
“Son amigos de la paz,
van de frente con valor. (bis)
Y levantan los bastones,
con orgullo y sin temor. (bis)”
Son Indígenas jugados con la paz y la paz territorial, construida desde las experiencias de las tierras colombianas olvidadas. Son ejemplo que no hay causa que les quede grande y que la paz no es solo ausencia de fusiles sino una apuesta cultural, social, económica y política donde se pueda vivir con dignidad.
“Pa» delante compañeros,
dispuestos a resistir: (bis)
Defender nuestros derechos,
así nos toque morir. (bis)”
La minga es resistencia a un modelo y gobierno que excluye, despoja, fumiga y que no ataja las masacres.
“Porque por cada indio muerto,
otros miles nacerán. (bis)
Totoroes y Paeces, Yanaconas y Guambianos. (bis)
Coconucos, Siapidaras, todos indios colombianos. (bis)
Pa» delante compañeros dispuestos, a resistir. (bis)
Defender nuestros derechos, así nos toque morir. (bis)”
No le temen a la muerte y la voluntad de eliminarlos brinda fuerza y los empuja a re vivir desde las calles. Cocinan proyectos compartidos que debemos escuchar y reconocer. No más masacres es lo que piden. No más fumigación. No más despojos.
Por la vida, la minga en las calles y tejiendo hilos desde el sur occidente del país para que nuestra indiferencia se transforme en resistencia.

Diego Cancino
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