El domingo 30 de agosto de 2020 será un día prácticamente inolvidable para los bogotanos que gustan salir a disfrutar de la ciclovía dominical.
Miles de ciudadanos en Bogotá celebraron lo que para muchos significó el primer día de libertad, saliendo a caminar o a pasear en sus bicicletas, patines o patinetas por la tradicional ciclovía dominical, tras un largo encierro en casa, decretado por los gobiernos Nacional y Distrital para evitar un mayor contagio del Covid-19.
Por La Carrera de Séptima de Bogotá, las avenidas El Dorado, la Boyacá y todas las vías por las que se habilita el corredor recreodeportivo los días domingos y festivos, regresaron quienes acostumbraban a disfrutar de la ciudad con sus familias o amigos, antes de que se decretara la cuarentena y obligara al cierre indefnido de este espacio creado desde décadas atrás y que hizo de la capital del país, un ejemplo mundial, al ser la primera en establecerlo, con la idea que incentivar una mejor y mayor convivencia ciudadana.
Uno de los más felices en este día fue Samuel, un pequeño de 4 años, quien salió en compañía de sus primos, Josué de 13 años y Joel de 11 años, a dar un paseo por la ciclovía, luego de estar cinco meses confinados en su casa de donde no salieron en todo este tiempo.
Los primos caminaron por la Avenida Boyacá entre la Autopista Norte y la Avenida Primero de Mayo. Poco les importó la distancia entre un lugar y otro, especialmente a Josué a quien no le gusta caminar. Sin embargo, en esta ocasión, solo les interesaba ver nuevas caras, gozarse a la ciudad y sobre todo despejar su mente y sacarla de las cuatro paredes del lugar donde viven.
Al desplazarse por esta vía, no solo pudieron encontrarse con otros menores que salieron en compañía de un adulto por primera vez, luego de que se decretara la cuarentena. También escucharon las recomendaciones de los funcionarios del Distrito encargados de cuidar de la Ciclovía, al igual que los auxiliares de la Policía encargados de la seguridad.
Ellos al igual que muchos menores de edad en el país y en el mundo entero padecieron las consecuencias por la falta de contacto con otros niños, por no tener suficiente movimiento ni ejercicio físico al aire libre, por la ausencia de actividades que estimulen su desarrollo y por las dificultades de adaptación a esta nueva realidad.
Lo anterior despertó la preocupación de psicólogos, quienes recomendaron a los padres de familia mayor atención a los menores, la misma, que de no tener que retornar a una cuarentena, irá desapareciendo, porque al reactivarse los espacios de recreación y disfrute ciudadano como la ciclovía, los menores y sus padres de familia en Bogotá, podrán ir despejando su mente tras el largo confinamiento.
Nota: Confidencial Colombia contó con el permiso de la familia de los menores para el desarrollo de esta nota.