La emisión la reproduce el canal público de dicho país. El gobierno islamista aprovecha la emisión de la serie para demonizar a los Estados Unidos.
Los televidentes de Irán están de enhorabuena. Con casi cuatro años de retraso ya pueden ver en la televisión pública la serie House of Cards. Su emisión a ha causado una gran sorpresa, dado el rechazo de ese país a todo lo occidente. Pero en la recta final de las elecciones estadounidenses, las maquinaciones políticas del congresista Frank Underwood para llegar al despacho oval de la Casa Blanca sirven para reforzar la visión oficial de Estados Unidos como un país corrupto y sin escrúpulos.
No obstante, mo obstante ha pasado por el filtro estatal y las escenas de sexo han sido censuradas. Muchos jóvenes iraníes hace tiempo que veían la serie online. Aun así, la calidad de House of Cards puede atraer nuevo público hacia la cadena. El doblaje es excelente. La manipulación, las mentiras y el juego sucio que refleja la ficción encajan bien con la imagen que el régimen islámico tiene de del Gran Satán,EEUU, con quien no mantiene relaciones diplomáticas desde poco después de la revolución de 1979. Sólo hay que leer las elogiosas críticas que le han dedicado los medios más conservadores.
