‘La Luciérnaga’ se queda sin la luz de Peláez

Caballero, especial, trabajador, puntual, habla sin rodeos, son algunas de las cualidades que le atribuyen sus colaboradores más cercanos y oyentes a Hernán Peláez; el hombre que dirigió hasta hoy ‘La Luciérnaga’, uno de los programas radiales de humor político más éxitos en la última década.

Este 23 de diciembre se transmitirá la última emisión de ‘La Luciérnaga’ dirigida por el doctor Peláez, como cariñosamente le llaman su equipo de trabajo y los oyentes. Fueron 21 años al frente de unos de los programas radiales que con humor e inteligencia trata temas de la realidad colombiana.

ConfidencialColombia habló con sus colaboradores más cercanos y con algunos radioescuchas sobre el legado que deja este icono de la radio.


Claudia Morales, periodista de La Luciérnaga

“Lo que más me sorprende de Hernán es la disciplina de trabajo que tiene. Para nadie es un secreto que él va a cumplir 72 años y por poquito debe llevar 50 años haciendo este oficio con mucha entrega, esto es algo que no es común entre los periodistas. Verlo todos los días sacrificando muchas cosas de su vida personal, pero al mismo tiempo haciendo con amor el programa ‘La Luciérnaga’.

El día a día con Hernán es un día de anécdotas, todos los días pasan cosas distintas graciosas, todos los días tenemos discusiones profesionales sanas, todos los días había un comentario que nos hacia reventar de la risa, creo es una persona tan especial, que todo los días con él eran días especiales”.

Gustavo Álvarez Gardeazábal, periodista de La Luciérnaga

“Dicen que las loras viejas no aprendemos hablar, pero yo aprendí durante estos nueve años al lado de Peláez muchísimas cosas y lo agradezco infinitamente. Aprendí algo que durante mi vida pública no había usado: la prudencia; aprendí que se puede mandar sin la necesidad de llamar la atención ni ser desagradable; aprendí a manejar los tonos de la voz, pero creo que no lo hago igual ni siquiera parecido a lo que hace Hernán Peláez.

Además, estoy convocando por tuiter, Facebook y por la misma Luciérnaga y con ayuda de todos los taxistas que tienen radio teléfono que a las 6: 45 de la tarde Colombia pite por las calles para despedir a Peláez”.

Gustavo Gómez Cordoba, periodista y nuevo director de la Luciérnaga

“En medio de la oscuridad, Hernán Peláez supo hacer una radio brillante. Nos hará falta su candela de buena factura en un país que sigue viviendo en las cavernas”.

Mario Jursich, director de la revista El Malpensante

“El trato que tengo con él es como oyente y, como oyente, a mí me gusta mucho que Hernán en el mundo de la polémica deportiva en el que predominan las malas maneras, él demostró ser un caballero y ha puesto el ejemplo de que se puede tratar esos temas con un enfoque polémico, pero sin llevarla a la gritería y a los insultos personales. Me parece que en el contexto colombiano es admirable eso que él hace. Hernán Peláez es el ejemplo viviente de que se puede discutir con humor y con altura intelectual”.

Nelson Polanía -‘Polilla’, comediante

“Hernán Peláez es un maestro de la radio, es la persona que todo el mundo va extrañar porque generó todo tipo de sentimientos positivos en la radio. La gran enseñanza es el trabajo, ha sido ejemplo de que uno tiene que ser responsable con su trabajo y a partir de ahí es la base del éxito.

Una anécdota con él es que estuvimos hasta la madrugada en Cali escuchando salsa y se sabía todos los cantantes, los músicos, las fechas de las canciones”.

El ‘Nene’ Rodríguez

“Yo llevo 14 años haciéndole producción a ‘La Luciérnaga’. El doctor Peláez como persona, como profesional nos dejó una gran enseñanza y ese fue su trabajo. Si él decía a la una, a la una estaba ahí, era un reloj, es una persona que se entrega a lo que le gusta, la forma en la que organizaba su programa, de estar pendiente de todo y que todo saliera perfecto. Él es un icono de la radio por eso este programa siempre estuvo en el primer lugar”.

Jairo Chaparro, libretista de La Luciérnaga desde 1998

“Lo que le aprendí al doctor Peláez es hablar claro y sin rodeos, a no tener compromisos políticos mientras uno ejerce el periodismo. También le aprendí la exagerada puntualidad que hay que tener con él. Por ejemplo, un día medio paperas y lo llamé y le dije:

– Doctor Peláez tengo paperas y estoy aquí en la casa – y él me preguntó:

-¿Pero puede escribir?

-Y le respondí que sí, que con todo y paperas.

Y con mucho gusto y profesionalismo escribimos el programa porque yo no estaba enfermo de las manos sino de las paperas”.

Alberto Salcedo Ramos, periodista

Aunque el también escritor no conoce a Hernán Peláez personalmente resalta de él “su gran capacidad como conductor y coordinador de equipos; su capacidad para sintonizarse con los gustos de la gente; la altura con la que trata los temas; su gran condición de animal radial -su esencia por naturaleza-, me parece que la radio es su hábitat y, aunque ha estado en otros medios, Peláez dignifica la radio.

Es uno de esos personajes que están metidos en la memoria del país, todo el mundo lo ve con respeto. Él es un gran personaje del periodismo deportivo y también del periodismo a secas. Es un maestro con ‘eme’ mayúscula”.

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