Rousseff justifica sus prácticas proteccionistas

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, inauguró la Asamblea General de las Naciones Unidas con un duro discurso en contra de cómo la Unión Europea y Estados Unidos están manejando la crisis económica.

Ni el conflicto en Siria o las tensiones entre China y Japón, temas centrales en la Asamblea, lograron desviar críticas a la política monetaria expansionista de países desarrollados que, según la mandataria, encarece la moneda de las naciones emergentes y afecta su competitividad.

“Todavía no se han encontrado fórmulas que combinen los ajustes fiscales apropiados con medidas para estimular la inversión y la demanda, que son indispensables para contener la recesión y garantizar el crecimiento económico”, dijo.

Para analistas como Germán Nova, experto en economía de la Universidad Nacional, el llamado de atención de Rousseff es oportuno, ya que las políticas que han implementado Estados Unidos y los principales países de la Unión Europea en materia fiscal y monetaria no generan una respuesta al creciente desempleo y a la pobreza de los países emergentes. “La crítica de Rousseff, se dirige implícitamente a países como Alemania, pues la reducción de gasto público como política fiscal no incentiva la demanda de países emergentes como Brasil, Rusia, India y China”, dijo.

Por su parte, Marcel Hofstetter, director del programa de Economía de la Universidad de La Sabana, considera que esta defensa, si bien es cierta, solo explica la solución y no la causa del problema.

“Los países desarrollados priorizaron la reducción del déficit fiscal como atracción de la confianza inversionista”, consideró.

Rousseff dijo que, en ese contexto, las medidas de defensa comercial adoptadas por los países en desarrollo como Brasil no pueden ser consideradas proteccionistas, y ofreció a su país como modelo para combatir la recesión.

“En años recientes, Brasil acumuló importantes reservas, redujo la deuda pública y sacó a 40 millones de personas de la pobreza con políticas sociales innovadoras que consolidaron el mercado nacional”, aseveró la presidenta.

Las sugerencias de Brasil a emisores internacionales

Rousseff también afirmó en la Asamblea General de la ONU, que se llevó a cabo en Nueva York, que las políticas monetarias de los bancos centrales de los países desarrollados han generado desequilibrios en las tasas de cambio y la consecuente apreciación de las divisas de los países emergentes hacen que pierdan mercados, lo que agrava la recesión global.

“No puede haber consolidación fiscal sin recuperación económica, así como tampoco habrá una respuesta efectiva a la crisis sin una coordinación reforzada entre los miembros de las Naciones Unidas y los cuerpos multilaterales, como el G20, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM)”, insistió la mandataria de Brasil.

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