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“Somos ciudadanos de segunda categoría”


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Miguel Cifuentes es el líder de la Asociación del Valle del Río Cimitarra, una de las organizaciones más activas en la defensa de los derechos de las comunidades, y señala que la Constitución de Colombia no reconoce al campesinado colombiano. Dice que la única figura que reivindica sus derechos es la de las Zonas de Reserva y por eso se “pegan como garrapata” a este mecanismo y asegura que estos territorios pueden y van a ser la despensa alimentaria de las grandes ciudades. Entrevista.

Confidencial Colombia: ¿Qué significa para las comunidades del país la celebración del día del campesino?

Miguel Cifuentes: Es el día del autoreconocimiento de nuestra identidad. Somos nosotros los que consideramos que tenemos un territorio, una cultura, una espiritualidad que ni en la jurisprudencia ni en la Constitución se reconoce. Es la manera de reivindicarnos, reconocernos como un colectivo cultural con una identidad que le ha aportado a este país desde la colonia misma.

CC: La Constitución de Colombia tiene una legislación amplia para indígenas y afrodescendientes, ¿se sienten igualmente incluídos en la carta política?

MC: Desde luego que no. Debería existir un reconocimiento al campesinado colombiano pero en la carta política solo aparece la palabra “campesino” en 3 ocasiones, y para referenciarnos se utiliza la expresión “trabajador agrario”, denominándonos implícitamente como mano de obra de la industria. Sentimos que, a la luz de la legislación, somos ciudadanos de segunda categoría.

Los indígenas y los afros se han ganado un espacio constitucional pero nosotros, a pesar de la lucha, hemos sido los más afectados por la legislación. El único mecanismo de reconocimiento para nosotros es el de las Zonas de Reserva Campesina de la ley 160 del 94. Nosotros nos pegamos ‘como clavo caliente’ de ella para proteger nuestro territorio para exponer allí la visión que tenemos del desarrollo.

CC: El presidente de la SAC ha señalado en este periódico que él es un campesino, ¿ustedes lo reconocen a él como un miembro de los trabajadores del campo colombiano?

MC: No lo reconocemos como campesino. La estructura de la tierra en este país se ha basado en la adjudicación de los mejores territorios a los grandes agricultores y representantes de la economía exportadora. Al colono campesino lo han restringido en la titulación.

Ellos son unos grandes empresarios y exportadores de la agroindustria, a diferencia del minifundio, que utiliza predios muy pequeños y los utiliza de manera muy eficiente. Rafael Mejía no puede considerarse como un campesino de este país.

CC: Ustedes piden soberanía y autonomía para las Zonas de Reserva Campesina, ¿pero están dispuestos a integrarse a la cadena productiva de este país?

MC: La autonomía que planteamos es el respeto por la identidad, que nos permitan hacer un ordenamiento territorial desde nuestra visión de presente y de futuro para aprovechar de manera racional los recursos naturales. Queremos que en nuestro territorio nos permitan definir el ordenamiento que allí existe.

No planteamos autonomía en el sentido de generar figuras territoriales como los resguardos indígenas, esa es una mala interpretación que hace el Estado colombiano de nuestra propuesta.

Desde luego que toda la producción del campesinado debe articularse a los círculos locales y regionales de producción. De hecho, durante un gran periodo, el país se abasteció a través de la economía campesina. Pero los tratados de libre comercio afectaron a los productores de Colombia.

Nosotros exigimos autonomía para poder decidir qué cultivamos y cómo nos alimentamos, y no depender de lo que nos imponga un TLC con otro país ni de la importación de alimentos. Queremos ser soberanos.

CC: Pero las Zonas de Reserva Campesina se comprometen a articularse con la productividad del país…

MC: Claro. Las Zonas de Reserva son una figura institucional y el Plan de Ordenamiento Territorial señala que se deben potenciar las estructuras productivas de estas comunidades para que se articulen. No estamos hablando por fuera de la ley, estamos pidiendo que se cumpla la legislación sobre estas figuras de Zonas de Reserva.

CC: Humberto de la Calle señaló que el acuerdo agrario logrado con las Farc es, ante todo, para dignificar la familia campesina, ¿la paz va a traer la igualdad que históricamente han reclamado?

MC: Es la primera vez en la historia de Colombia donde un representante del gobierno hace un reconocimiento público de la dignidad y el respeto al movimiento campesino colombiano. Le pedimos al gobierno y a las Farc que no se paren de la mesa porque estamos cansados de la guerra, de sufrirla y de poner los muertos.

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