Uber, un lio de alta gama

El pulso entre taxistas y quienes consideran que Uber debe operar en el país sigue en uno de sus puntos más álgidos. La amenaza de paro de estos transportadores en Bogotá fue aplazada hasta tanto el gobierno no tome medidas contra los automóviles blancos de Uber mientras algunos usuarios actúan como defensores de estos últimos y se reúnen con el viceministro de transporte.

El martes 29 de julio, un grupo de usuarios de servicio público de transporte urbano se reunió con el viceministro de transporte, Nicolás Estupiñán. En la reunión los usuarios comunicaron su preocupación por lo que, consideran, es un mal servicio por parte de una gran parte del gremio de taxistas en Bogotá. Además, dieron su punto de vista sobre la necesidad de que servicios alternativos como el ofrecido por Uber sean reglamentados y se pueda hacer uso de ellos.

La respuesta del viceministro Estupiñán, según uno de los asistentes a la reunión, se orientó en el sentido de que la regulación de ese tipo de servicios existe en la medida en que los carros blancos, que usa Uber para prestar su servicio, deben funcionar con un contrato entre la empresa transportadora y alguna representación del usuario. Es decir que no pueden usarse para servicios individuales. Sumado a esto, les manifestó que se iba a implementar un servicio de transporte de alta gama prestado por las empresas convencionales de taxi, para el cual se utilizarían automóviles de, mínimo, setenta millones de pesos.

Lo dicho por el viceministro de transporte al grupo de usuarios coincide con un audio en el que Hugo Ospina, líder del gremio de taxistas hace un llamado a sus colegas para que se abstengan de realizar el paro de taxistas contemplado para este 30 de julio. Además, Ospina señala, en el audio, que la prohibición de empresas como Uber es casi una realidad.

Ospina comunica, además que los carros de lujo que entrarían en funcionamiento serán “Volvos, Mercedes (Benz), Audi o BMW”. Esto sumado al pedido ante el ministerio de tener una aplicación propia y tarifas diferenciales para ese tipo de servicios.

A pesar de la aparente unidad entre el gremio y su concordancia con el Ministerio de Transporte las cosas no son tan claras al interior de la polémica.

En el gremio de los taxistas, a pesar de las insistencias de Ospina de que su labor y la de otros líderes del ramo, como Uldarico Peña, es desinteresada y han aplazado el paro para el 8 de agosto, un pequeño sector de estos transportadores seguían anunciando un paro, al finalizar el martes 29, debido a lo lesivo que les resultaría Uber y por la proliferación de la piratería en este tipo de servicios en horas de la noche.

Por su parte, mientras el viceministro estaba en la reunión explicando a los usuarios las razones por las cuales Uber no iría más en Colombia, la ministra Cecilia Álvarez Correa anunciaba, un día antes, que Uber podría participar del mercado de transporte del país siempre y cuando cumpliera con ciertos requisitos, como una póliza de responsabilidad civil que cubra a los pasajeros de los automóviles blancos.

Sobre el particular uno de los asistentes a la reunión con Estupiñán, que pidió reservar su nombre, señaló que el problema de fondo es el de los cupos que deben pagar los taxistas “si el cupo por un taxi de los normales está valiendo más que el mismo taxi, cuánto costará el cupo de un carro de lujo de más de setenta millones de pesos. Además, ¿quién cobra los cupos? Ese negocio es algo redondo y puede dejar una muy buena tajada para quien cobre ese dinero. También hay que tener en cuenta que esas tarifas se disparan si los carros vana ser de ese tipo”.

Por lo pronto la polémica está servida y los taxistas se mantienen en asamblea permanente hasta tanto el gobierno no tome las medidas legales que terminen de proscribir a Uber, medidas que estarían en concordancia con lo dicho por Ospina en el audio mencionado “Jamás vamos a permitir que Uber trabaje en Colombia”.

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