Binomios caninos: la mejor ayuda del Ejército para salvar vidas

Desde hace 27 años el Ejercito Nacional de Colombia viene desarrollando técnicas de entrenamiento para utilizar caninos en labores de seguridad. Hoy ya se tienen 18 centros caninos en todo el país, dos criaderos especializados y un centro de transición liderados por la Escuela de Ingenieros Militares.

Según Edgar Fontechua, entrenador y fundador del Centro de Entrenamiento y Reentrenamiento Canino que funciona en Bogotá, el Ejército Nacional de Colombia es uno de los ejércitos del mundo con más número de binomios caninos. En este Centro de Entrenamiento, que inició sus labores en 2006, ya han pasado más de 17 mil binomios, es decir, que se han entrenado más de 17 mil uniformados y 17 mil perros.

“No es lo que le significa al Ejército, es lo que le significa a Colombia. Ya somos referente mundial, he tenido la oportunidad de apoyar a otros países como el de Chile, donde apoyé el entrenamiento de unos guías caninos de la aeronáutica de ese país”, explica el entrenador Fontechua.

Entre los 17 mil caninos entrenados, está Wilson y Ulises, ambos de raza Pastor Belga que fueron empleados para las tareas de búsqueda de los cuatro menores de edad desaparecidos en las selvas del Caquetá y Guaviare, donde se accidentó la avioneta Cessna que los transportaba.

Ulises salió de la Escuela de Entrenamiento y Reentrenamiento Canino el pasado mes de febrero, luego de 14 meses de capacitación que le permitieron graduarse de la especialidad de rastro e intervención, una de las cinco especialidades que ofrece en Centro de Entrenamiento.

Las especialidades son: Detección de sustancias, Desminado Humanitario, Rastro e intervención, Rastro Específico, Búsqueda y Rescate.

Gracias a esta amplia experiencia en binomios caninos, Colombia ha determinado que las razas que mejor se desempeñan en el país, por las condiciones topográficas y de clima, son el Labrador y el Pastor Belga.

Y aunque un entrenamiento de más de un año pueda sonar muy pesado para la vida de un canino, es importante destacar que lo que para el hombre es un trabajo o un servicio, para el animal solo se trata de un juego.

“Los perros llegan sin entrenar, pero llegan con unas características que las vamos contemplando en el entrenamiento. Lo que hacemos aquí en el Centro de Entrenamiento es jugar. Este es el mejor trabajo del mundo, entonces a mí me pagan por venir a jugar, y jugamos con el perro. Entonces cuando hablamos con el alumno o guía no le decimos vamos a trabajar sino vamos a jugar porque es un juego”, enfatiza el entrenador Edgar Fontechua.

Por su parte, el comandante del Centro Canino, Sargento Viceprimero, Luis Fernando Señas, destaca el vínculo que se infunde entre el soldado y el perro, puesto que esta es la clave del éxito, y el soldado debe saber interpretar las señales que le dé su perro.

“Debe existir mucho amor entre el perro y su guía. Desde que se levanta el soldado debe hacerle el aseo al canil, cambiar al perro, peinarlo, darle su alimentación, sacarlo a pasear y el vínculo más bonito entre ellos, el juego”, afirma el comandante del Centro.

Según el Sargento Señas, el Centro enfoca sus esfuerzos en trabajar esa unión entre guía y canino, lo que permite salvar vidas al detectar una mina antipersonal o un explosivo, que no solo beneficia a la tropa del Ejército sino a la vida del campesino, porque en muchas oportunidades es el trabajo del Ejército el que le da la tranquilidad para que vuelva a trabajar en el campo de juego.

Especialidades

Detección de sustancias: Esta especialidad tiene tres subcategorías; la detección de sustancias narcóticas, la detección de explosivos y la seguridad en instalaciones. Para esta especialidad el entrenamiento es de 18 meses.
Las fases del entrenamiento son: cobranza básica y asociación de olores; punto a punto cuarteo, manejo y registro sistematizado, adaptación a diferentes medios. Todas están relacionadas con el juego, porque para el canino la detección es un juego que conlleva siempre a una recompensa.

Desminado: La especialidad de desminado recibe un entrenamiento de 15 meses. Pasa por cinco etapas hasta llegar a la certificación donde es presentado ante la Organización del Tratado de Atlántico Norte OTAN, organismo encargado de la certificación con estándares internacionales.
El entrenamiento se realiza en terrenos planos y en pendientes de hasta 30 grados de inclinación para trabajar estabilidad en el ejemplar canino. Lo más interesante es que se le enseña al perro a regresarse por la misma línea por la que ha caminado para evitar activar alguna mina.
El entrenamiento garantiza que el canino tendrá una capacidad de 13 centímetros de profundidad para detectar minas. Además, todo el tiempo su nariz (trufa) va sobre el suelo, y tiene la posibilidad de barrer 600 metros cuadrados diarios.

Rastro Específico o Rastro y Seguimiento: Esta especialidad entrena al perro a seguir un objetivo definido a través de un olor específico, puede ser una persona que se busque a través de una prenda o una maleta que sostenía o algún objeto que haya estado cerca de él.
Esta especialidad como todas las demás está basada en el juego, además permite que el rastreador o objetivo al que se busca pueda seguir en movimiento o esté escondido. Esto es muy importante porque esta especialidad se aplica en su gran mayoría para buscar personas perdidas.
El entrenamiento dura cerca de 1 año, y el perro aprende a hacer seguimiento tanto de huellas frescas (no mayor a 24 horas) como de huellas envejecidas. Y aunque la raza Labrador no es la ideal para esta materia por su genética, en Colombia se ha logrado entrenarlo. Además, se analiza la posibilidad de comenzar a utilizar la raza Sabueso Fino Colombiano.

Búsqueda y Rescate: Esta especialidad explota al máximo las cerca de 300 millones de receptores olfativos que tiene el perro, lo que le permite detectar un olor dentro de escombros, donde existen millones de otros olores.
Este entrenamiento tiene una duración de 1 año. Consiste como todas las especialidades en jugar, Primero se realiza un trabajo de vista a vista, luego se trabaja en ejercicios para que el ejemplar vaya y recupere el juguete y así se asocia el juguete a buscar personas en cualquier área ya sea en terreno plano, boscoso o en estructuras colapsadas.

Rastro e Intervención: Esta especialidad tiene una duración de 14 meses de entrenamiento. Aquí se sensibiliza al perro para las diferentes maniobras que se realizan desde un helicóptero como descenso de soga o descenso en rapel.
También se entrena en la superación de obstáculos e intervención de objetivos, dado que esta especialidad se utiliza para acompañar a las tropas en operaciones desarrolladas tanto en zonas selváticas, como en zonas urbanas, donde se ingresa al interior de un establecimiento o vivienda.

Ministerio de Defensa – Ejército Nacional