Si se llegase a pactar un cese al fuego bilateral entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, este no ayudaría a reducir la conflictividad que se vive en los diferentes territorios del país donde se vive la confrontación armada con mayor intensidad porque los demás actores ilegales no entran en ese trato.
Que el Ejército y la Policía no se enfrente con el ELN no significa de ninguna manera que esta guerrilla dejará de enfrentarse con el Clan del Golfo, ni con las disidencias de las Farc ni mucho menos con el Estado Mayor Central de las Farc.
Por lo anterior, el gobierno de Gustavo Petro debe insistir dentro del marco de la Paz Total de buscar un cese al fuego de carácter multilateral para que baje la conflictividad en regiones como el Catatumbo, el departamento del Cauca, etc.
Además, debe también crear un ambiente favorable hacia la paz total y para esto es necesario que acuda a la sociedad civil, a la academia y a la opinión pública para convencer al país que se requiere desactivar todos los factores de violencia armada alimentada por el narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, etc., y que esto solo será posible si y solo si se trabaja en este sentido.
El presidente Gustavo Petro debe aceptar que hasta el momento ha actuado torpemente, y que no ha dado prioridad a asuntos como de la Paz Total por querer jugar con el efecto regadera, disparando a todo lo que puede sin lograr mayor efecto más allá de unas cuantas notas en la prensa.
Que tampoco ha sabido conducir el proceso de paz ni demostrarle al ELN que como jefe de Estado tiene la sartén por el mango, y que puede darle golpes contundentes haciendo uso de las capacidades de la Fuerza Pública y de la Policía, y que no es haciendo concesiones de manera generosa, como va a ablandar a una guerrilla complicada, ciega y testaruda conducida por personas que se quedaron viviendo en los años 70.
La idea de buscar una paz multilateral en Colombia no es mala, y sería lo mejor para todos los colombianos, incluso para aquellos políticos que necesitan de la guerra para conseguir votos porque solo así podrán visitar cualquier territorio del país sin miedo a que su integridad se vea afectada por la acción de algún actor violento.
El tema, es que por buena que sea esta idea, no es fácil de lograr, que requiere de paciencia, inteligencia y apoyo de la sociedad civil.
En lugar de buscar el apoyo popular a unas reformas que no se aprueban en la plaza pública sino en el Congreso de la República, Petro debe buscar el respaldo de la gente en todo el país a temas como la paz total, porque de nada vale firmar un acuerdo con un grupo armado ilegal, cuando los otros factores de violencia en los territorios quedan activos.