Deforestación depende directamente de las temperaturas

Deforestación. Además de contribuir a la acumulación de dióxido de carbono atmosférico, la deforestación tropical altera las propiedades biofísicas de la superficie. La influencia de estos cambios ha sido apreciada durante largo tiempo por las comunidades de modelado climático regional y global. Se sabe que la deforestación contribuye al calentamiento y secado en esa zona, cambios en la circulación de la humedad y en las teleconexiones de mayor alcance.

Los estudios que utilizan modelos climáticos coinciden en que la deforestación amazónica tiene los impactos climáticos más fuertes, provocando el calentamiento regional y la disminución de las precipitaciones. Por su parte, la respuesta climática a la deforestación en África tropical y el Sudeste Asiático es más débil en magnitud, escenario que se relaciona a las diferentes formas de cambio de la cubierta terrestre, los estados climáticos de referencia, patrones espaciales de deforestación, diferencias geográficas en la topografía y la proximidad de los bosques a regiones oceánicas cercanas.

deforestación: impacto en bosques tropicales

Para aclarar más lo que está ocurriendo, una investigación publicada en la revista Nature Communications comparó la magnitud relativa del costo biofísico del carbono con la pérdida directa de biomasa aérea por la deforestación tropical. El estudio se llevó a cabo en tres regiones continentales distintas: Amazonas, Congo y el continente marítimo de Asia tropical.

La investigación sostiene que la retroalimentación climática biofísica positiva de la deforestación tropical, también llamado calentamiento y reducción de las precipitaciones, tiene implicaciones importantes para evaluar los riesgos climáticos futuros de la humedad tropical. A partir del análisis realizado con simulaciones LUMIP – CMIP6, la deforestación idealizada en un 45% contribuye a una disminución de las precipitaciones amazónicas de hasta 150 mm/año. Si se asume que estos efectos pueden combinarse linealmente, se traduce en una reducción de la precipitación de 325 mm/año para una climatología de 2.240 mm/año.

Investigaciones en el Congo

Por el contrario, la disminución de las precipitaciones provocada por la deforestación en el oeste del Congo y en algunas zonas de Asia tropical, puede verse parcialmente compensada por el efectos radiativos y fisiológicos del aumento de dióxido de carbono. Como consecuencia, se podría registrar un aumento de las precipitaciones en estas regiones debido a las interacciones entre los cambios biofísicos en la superficie y la circulación atmosférica en esas latitudes.

Sin embargo, el cambio del clima por la deforestación aún implica la posibilidad creciente de una estación seca más prolongada, una amplitud creciente de eventos de sequía extrema y una mayor probabilidad de incendios forestales en los trópicos, si la deforestación continúa en el futuro. Esta investigación proporciona un medio para estimar las pérdidas de carbono adicionales asociadas a los efectos biofísicos de la deforestación a escala regional y continental. Además, de su impacto en el clima regional y las reservas de carbono de los bosques cercanos no perturbados.

En el Amazonas

Para la Amazonía, evitar la deforestación proporciona un beneficio adicional de 5,7±3,7% para el almacenamiento de carbono de la vegetación. Para el Congo, esta adicionalidad es de 3,8±2,5%. Se encontró que estos costos biofísicos de carbono de la deforestación, surgen de las disminuciones regionales en la precipitación. Es más, se amplifican por los aumentos en la temperatura del aire.

Esto, en combinación con la fuerte retroalimentación de carbono de la vegetación y el clima, enfatiza la amenaza adicional del estrés hídrico. Todo ello, generado por la deforestación y la efectividad potencial de las estrategias de mitigación climática que mantiene o expande ecosistemas de bosques tropicales robustos.

Finalmente, el calentamiento global tiene el potencial de contribuir a una retroalimentación positiva, provocando que los bosques tropicales pierdan carbono. De esa manera, se vuelve cuesta arriba la estabilización del clima de nuestro planeta. Durante los últimos siglos, la expansión de la agricultura en las regiones tropicales ha contribuido a la pérdida generalizada de este tipo de bosques en varios continentes. Y, a esto, hay que sumar la sobrepoblación que se proyecta para unas décadas más.

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