El petrismo debe responder por Nicolás Petro

Por el contenido, porque Nicolás Petro aparece robándose mil millones de pesos de la campaña presidencial de Gustavo Petro, suma aportada por los cuestionados El Hombre Marlboro y el Turco Hilsaca.

Y porque a Nicolás Petro lo acusa nada menos que quien fuera su esposa, Day Vásquez, quien aporta como pruebas los whatsapp que se cruzaron entre ellos, en los que se revela quiénes dieron la plata y cómo la pareja la movió en efectivo y a las escondidas, para comprar un apartamento de 2.500 millones de pesos.

Quedan muy mal los petristas que intentan salvar a Nicolás Petro descalificando de plano a su exesposa porque, dicen, ese matrimonio se rompió. Porque los mensajes entre la pareja, que Day Vásquez aporta como prueba, ocurrieron cuando eran una matrimonio bien avenido que actuó de acuerdo para embolsillarse esa plata y decidir en qué gastársela.

Para engañar, petristas glorifican a Gustavo Petro porque les pidió a la Fiscalía y a la Procuraduría que investigaran a su hijo Nicolás y a su hermano Juan Fernando, a este por algo ocurrido en La Picota. Pero ocultan que el Presidente solo actuó un mes después de conocer las acusaciones contra Nicolás y una vez supo que Semana estaba por publicarlas.

En las pruebas también aparece Nicolás Petro imponiéndoles a varios ministros el nombramiento de sus recomendados, consolidando así una familia de corte monárquico, en la que el padre, la madre y el hijo nombran funcionarios

Por pruebas aportadas por Cambio, se sabe que Nicolás Petro tiene un nivel de gastos muy superior a su sueldo de diputado del Atlántico. ¿De estos derroches y de los cuestionados aportantes de Nicolás Petro no se dieron cuenta su padre y sus compañeros de lucha política?

Como ordena la ley, la Fiscalía y la Procuraduría, así como el Consejo Electoral, deben investigar estos hechos a fondo, al igual que las demás relaciones de Nicolás Petro y de sus financistas con la campaña presidencial de Gustavo Petro.

La Colombia Humana y el Pacto Histórico ya han debido abrirle un proceso político y disciplinario a Nicolás Petro. Que no se hagan los pendejos porque pueden quedarse así. Porque si algo ha degenerado la política en Colombia, es que los partidos no responden por las actuaciones repudiables de sus jefes.

Como hay petristas mintiendo para justificar su alcahuetería a Nicolás Petro, debe conocerse cómo tratamos en el Polo –partido al que pertenecí– el caso de Samuel Moreno. El 25 de octubre de 2010, Petro lo acusó ante la Comisión de Ética del Polo y el alcalde de Bogotá rindió descargos el 29 de noviembre. Empezando el 2011, la Junta Nacional del Polo, en reunión citada para este efecto, ratificó su rechazo a toda ilegalidad en el partido y anunció que tomaría decisiones según el avance del proceso legal. El 3 de marzo el Polo sancionó al senador Iván Moreno y dos meses después le pidió a Samuel Moreno su renuncia a la Alcaldía de Bogotá y lo suspendió en la militancia del partido. Y en septiembre lo expulsó del Polo y les pidió perdón a los bogotanos.

Con razón, Ramiro Bejarano señaló: “El Polo Democrático, apenas se presentaron las primeras acusaciones contra Samuel Moreno, inició su investigación interna, luego, posteriormente, lo sancionó y le pidió excusas al país” (Ver enlace).

Una conducta que debe inspirar a la Colombia Humana y al Pacto Histórico.