Por: León Sandoval
La propiedad privada uno de los principios del derecho natural que ha servido para cimentar las sociedades occidentales se encuentra riesgo. Nuevos vientos apuntan hacia la sustitución de la propiedad privada por la propiedad colectiva. Cada día se dan más reflexiones desde la academia y los foros políticos para asignarle a la propiedad privada funciones, sociales, ambientales, culturales e históricas, adicionales a la natural función económica que le corresponde por naturaleza como elemento del patrimonio individual. La debacle de la propiedad privada es también la hecatombe de la autonomía individual.
El filósofo inglés John Locke (1632-1704) en el Segundo tratado sobre el gobierno civil (1689) concibe la propiedad como un todo que recae sobre la vida, la libertad y los bienes. La propiedad sobre los bienes constituye la máxima expresión de la autonomía individual, postulado que han defendido tanto liberales clásicos, conservadores, liberales modernos y libertarios. La propiedad privada es socavada lentamente como se evidencia por parte de regímenes de partido único que, proponen lograr la prosperidad común de la mano del estado para el año 2050 lo que implicará mayores restricciones a la libertad y a la propiedad privada. Buscar la prosperidad común no es inconveniente, el inconveniente surge cuando para lograrlo se atenta contra las libertades individuales y se prioriza la propiedad colectiva sobre la privada. Estados que se erigen como las únicas superpotencias que terminarán por imponer su modelo y visión del mundo.
En Europa está el caso de Alemania cuya Constitución Política dispone en el artículo 15 con fines de socialización que, el suelo, los recursos naturales y los medios de producción puedan ser situados bajo un régimen de propiedad colectiva u otras formas de gestión colectiva mediante una ley que fije el modo y el monto de indemnización, norma que en más de cincuenta años no ha sido aplicada.
En Colombia el proyecto de unificación de los Códigos Civil y de Comercio presentado por la Universidad Nacional, en curso en el Congreso de la República, contempla artículos polémicos como el 24, 259, 268, 270, 271 y 272 que disponen entre otros aspectos, la asimilación de la posesión a la tenencia, la función social, ecológica, cultural e histórica de la propiedad privada que autorizarían al estado para expropiar, el desconocimiento de la propiedad privada por parte de las comunidades que consideren tener derecho sobre los bienes en disputa, el deber de conservación de predios rurales y urbanos so pena de abandono y transferencia de la propiedad al Estado. Proyecto legislativo que en el fondo tiene tintes de una potencial reforma constitucional, como quiera que modificaría el modelo económico dispuesto en la Constitución Política de 1991.
La propiedad privada está bajo amenaza, las señales de los tiempos conducen a su sustitución por la propiedad colectiva. Como afirmara el también filósofo inglés Roger Scruton (1944-2020) en su libro Cómo ser conservador (2014), los conservadores respetan la propiedad privada porque creen en la autonomía de los individuos. Atentar contra la autonomía individual en búsqueda de sociedades igualitarias es sumamente riesgoso, porque como dice Scruton, todo el mundo tendría lo mismo porque nadie tendría nada. En suma, sin propiedad privada no hay autonomía individual y sin autonomía individual no hay propiedad privada. Es prioridad conservarlas.