La anti pareja del año

Es indudable que el joven diputado e hijo del presidente Gustavo Petro, Nicolás Petro Burgos y su exesposa Daysuris Vásquez, quedarán en los recuerdos del año 2023 como la antipareja del año, y no precisamente por su fallido romance.

Es doloroso ver como todo un proyecto político de reinvindicación de deudas sociales que el país ha dejado de atender durante décadas enteras, se empiece a derrumbar por culpa de la ambición desmedida de dos personas que provienen de las entrañas de la familia presidencial.

Los únicos responsables de todo este tsunami que amenaza con desbaratar a un Gobierno, se llaman Nicolás Petro Burgos y Daysuris Vásquez, quienes no supieron entender el papel que entraron a ocupar en la política nacional desde el momento en que Gustavo Petro decidió presentar su nombre a consideración del electorado para competir por la Presidencia de la República.

Ha quedado en evidencia además que la poca preparación de personas que jamás han estado en el escenario de la política nacional y la inmediatez de la opinión pública, las lleva a cometer hechos llenos de torpeza que les destruye su vida profesional, arrinconándoles y obligándoles al olvido y a la indiferencia social.

En adelante pocos querrán llamar a Nicolás y Day, ni siquiera para preguntarles como amanecieron. Así se comportan las élites políticas y económicas de la sociedad; viven del que dirán y se cuidan de ser vistas en compañía de quienes están señalados de haber cometido algún pecado.

Eso lo debió pensar y analizar Nicolás Petro quien iniciaba una carrera política y pudo sacarla adelante de la mano de su padre y así de esta manera, sanar las heridas que pudo dejar la ausencia de Gustavo Petro durante la niñez y la adolescencia del joven exdiputado del Atlántico. Ahora su futuro es bastante incierto.

El caso de Day Vásquez puede ser mucho peor, sobre todo si se tiene en cuenta lo machista de la sociedad de la Costa Caribe en donde ella se desenvuelve. La exesposa de Petro Burgos quiso buscar venganza porque fue victima de una infidelidad contando al país los negocios turbios a los que se prestó en compañía de Nicolas Petro en medio de la campaña, pero, no calculó que las cosas en cualquier momento se le iban a volver su contra. Que no iba a ser comprendida sino todo lo contrario, y que quedaría con el estigma al igual que su exesposo de ser una persona que con tal de satisfacer sus ambiciones y ver complacidas sus excentricidades, poco le importan los métodos para conseguirlas.

El daño ya está hecho y no solo se ha golpeado moralmente a todo un Gobierno sino además a una familia y nada menos que la familia presidencial, recibiendo dineros turbios,  y ya nada se puede hacer porque es claro que Gustavo Petro quedó en manos de la oposición, que por supuesto aprovechará la ocasión para hostigar y para instigar.

Y por cierto, todavía no se ha dicho quien llevó a Nicolás Petro hasta el Hombre Marlboro y el hijo del Turco Hilsaca o como hizo el hijo del primer mandatario para llegar hasta allá.

Óscar Sevillano

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