Jumanji, opinión de Luis Eduardo Martínez Hidalgo

El pasado domingo habló Guaidó. Lo que dijo se conoce suficientemente y es para alarmar a cualquiera pero lo que asombra es la incapacidad de muchos de entender la urgencia de marchar juntos en procura de una Venezuela distinta.

Mientras seguíamos, en nuestro caso por twitter, las palabras de Guaidó, se multiplicaban los comentarios y los que hasta semanas atrás eran de aliento y respaldo derivaron bastantes en insultos que ni siquiera críticas. No llevé cuenta pero apostaría que fueron casi a la par e increíblemente se correspondían con los resultados de reciente Ómnibus de Datanalisis que evalúa aun positivamente la gestión del joven líder con 49,7 % contra 46,9 % negativa tras caer en los últimos meses 11,5 puntos porcentuales. Por cierto, que sus enemigos que los tiene, y adversarios que cada día parecen más, no deberían alegrarse del bajón ya que en el estudio que mencionamos nadie sale con hueso sano –Maduro 85,1 % negativo; Cabello 88,2 % negativo: Falcón 81,7 % negativo; María Corina 65,5 % negativo, Leopoldo 63,8 % negativo- hasta el gobierno de Trump cogió palo con 56,5 % de evaluación negativa.

Culminada la transmisión, para despejarnos un poco, prendimos la televisión y entre las películas que estaban por comenzar encontramos Jumanji “Bienvenidos a la selva”, segunda parte de la película del mismo nombre protagonizada por Robin William 28 años atrás, pura acción y comedia en el simplista modo estadounidense.

Jumanji es un mundo mágico al cual son transportados 4 adolescentes tras activar un antiguo videojuego que los absorbe y convierte en los personajes que seleccionaron, cada uno de los cuales tiene 3 vidas. La misión de los jugadores es recuperar “el ojo del Jaguar”, una joya que un malvado robó permitiéndole controlar a los animales de Jumanji, liberándolos entonces. Terminado el juego con éxito regresarían a sus vidas de siempre

Son muchas las pruebas y los peligros que enfrentan, un hipopótamo gigante, motorizados hiperarmados, una venenosa serpiente, agresivos guerreros, rinocerontes albinos, feroces jaguares, mientras hacen el recorrido por una intrincada jungla e impresionantes precipicios.

A pesar de sus diferencias, los cuatro entienden que solo en equipo regresarán a su existencia original y tras precisar habilidades, que cada uno las tiene, las suman con lo cual sus posibilidades son más. En el camino pierden vidas pero al volver de la muerte continúan sin cejar con las que aún restan.

Se enfrentan, discuten e incluso golpean provocando la caída al abismo de uno de ellos – el Dr. Bravestone- quien a su regreso proclama con serenidad: “solo juntos saldremos de aquí, solo unidos podemos volver”.

Vencidos un sinfín de retos, recuperan la joya y regresan al mundo real en el cual dejan atrás distanciamientos y sellan una sólida amistad.

Concluyo que a los venezolanos se nos están acabando las vidas en nuestro propio juego infernal y si no entendemos de una vez por todas que solo juntos, solo unidos podemos terminar con la pesadilla que padecemos, rumiaremos por siempre en la selva.

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