Reminiscencias

Diciembre es un mes para la felicidad y el jolgorio pero no para todas y todos aunque ha mejorado mucho en los últimos tiempos para algunas de Nosotras, las mujeres transgeneristas.

Recordábamos con Cinderel, con Marieta y con Katherine tiempos en los que éramos más jóvenes y sufrimos todas las inclemencias de la calle y el orden normativo de este País. En aquellas épocas, años 80, la Constitución Política de Colombia en su artículo 38 sujeta a nuestro País a la religión católica y por ende se obligaba a protegerla…Por ello se nos perseguía, se nos sacaba de los restaurantes y sitios donde estuviéramos, por eso muchas de las más antiguas conservaron la costumbre de salir “disfrazadas” a la calle como hombres para no pagar un mes de arresto en cárceles distritales o municipales, por eso la Policía Nacional de Colombia nos perseguía, por portar prendas femeninas que para la época era una contravención de policía…aunque algunos policía nos criminalizan aún por ser quienes somos, lo que somos y lo que significamos para los moralismos que impone la iglesia de corte judeo-cristiano.

Sentimos añoranzas por las que conocimos y ya no están, por aquellas de las que no sabemos nada, por las que misteriosamente desaparecieron y por las que cayeron a nuestro lado sin oportunidad de saber el porqué de sus asesinatos ni tener la culpa de los anquilosados conceptos de lo moral y lo políticamente correcto que aún tienen.

Gracias a la lluvia, fue una navidad tranquila, no se escucharon los ruidos que acompañaban las celebraciones y creo que eso ayudó a disminuir los índices de criminalidad y como no hay mal que por bien no venga, solía decir mi santa y sabia Abuela, el COVID puso su cuota en todo esto.

Lastimosamente no todas “las antiguas” que invité pudieron venir, eso hubiese nutrido las añoranzas de épocas que si bien no fueron las mejores para Nosotras, nos obligaron a ser recursivas para logra, por lo menos poner en duda, esa cifra fatalista acerca de la esperanza de vida de muchas…el próximo 13 de Enero celebraré acércame más y más al quinto piso, habiendo logrado lo que he logrado y con todo en contra. Les repito a las “pollas” que si hubiese en mi época tenido las oportunidades que hoy Ellas tiene gracias a Nosotras las no tan viejas y viejas, mi vida sería otra…

Este año ya termina, la próxima vez que escriba será 2021 y como todas las personas haré las promesas de cumplir los propósitos que me imponga como aprender hablar inglés…no, ese ya lo habló gracias a mi Padre que hoy no está en este plano pero que lo sé cercano a mí, bajar de peso, me aumenté 12 kilos por causa de la Pandemia pero se que los bajo…de graduarme como administradora pública porque el COVID no me dejó cumplir con el ECAES y de continuar aprendiendo y aprendiendo para ser mejor profesional y mucho mejor ser humano.

Sea esta la oportunidad de desearle a todas esas personas que han contribuido al alcance de mi proyecto de vida toda la felicidad que sea posible en medio de todas las circunstancias algunas veces adversas que nos toca sortear, a las que hoy no están mi santa y sabia Abuela, mi padre, mi primer marido Luis Alberto, mi último marido Jhon Jairo, y a los que aún están, Carlos Enrique, Susana, mi madre-tía Virginia, Mirna, Emperatriz, Julián y otros muchos que aunque no nombro los llevo en mi pensamiento. A todas aquellas que me hacen rabiar cuando no han hecho todo lo que deberían hacer para hacer lo mejor que puedan ser y hacer…

Sea la oportunidad de desearle a todas las personas un 2021 lleno de éxitos, felicidad y el alcance de toda la dicha que han soñado.

Que tenga mucha felicidad en el 2021.

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