Tan pronto como se conocieron los nombramientos del gabinete ministerial del presidente Gustavo Petro ad-portas de su posesión del 07 de agosto del 2022, uno de los que más preocupó por aquel tiempo fue el de la filósofa y especialista en geografía política, Irene Vélez, como ministra de Minas y Energía; un nombre extraño para aquellas personas ajenas al activismo ambiental. A solo días de cumplir el primer semestre del gobierno del cambio, el clima y la conversación sobre la gestión de la profesora Vélez ha ido subiendo la temperatura política.
Si bien es cierto que una de las promesas de campaña de Petro fue darle un nuevo enfoque al sector de hidrocarburos, hoy siendo gobierno hay muy poca claridad frente al tema, lo que definitivamente tiene múltiples impactos sobre la economía, la confianza, la seguridad energética del país y sobre todo las verdaderas intenciones del gobierno del cambio.
Esa falta de claridad esta representada por las múltiples salidas en ´falso’ que ha tenido la polémica funcionaria Vélez, que hoy parecen importarle poco a un gobierno que con el paso de los días parece tomar la ruta para repetir comportamientos cínicos que tanto criticaban de sus antecesores. La ministra además de mostrarse insegura en su comunicación al inicio de sus funciones del cargo, salir corriendo de las ruedas de prensa, recitar un guion sin mejoras visibles y ahora, recibe la crítica de la que fue por poco tiempo una de sus funcionarias más cercanas
Esto último agrava el panorama, porque la señora Belizza Ruiz, a diferencia de Irene, sí ha hecho una ronda de medios para defender desde el lenguaje técnico y jurídico, la diplomacia y la sensatez las consideraciones que se deben tener para intentar las reformas que le podrían funcionar al país. Por el contrario, son días de silencio desde la versión oficial y todo indicaría que en el ministerio se están quedando sin ‘combustible’ para afrontar los cuestionamientos, que ya no son de la oposición, sino desde su propio equipo.
Algunas preguntas desde mi poco conocimiento para la ministra y el Gobierno en general son ¿Qué va a pasar cuando se terminen de ejecutar los contratos de exploración y explotación de hidrocarburos? Ya nos han dicho hasta los tuétanos que no van a acabar las operaciones porque continuarán la gestión sobre lo que está firmado, eso es lo obvio. Pero el país requiere saber que va a pasar después de 12 años, tiempo en el que ya se esté terminando consumir las reservas del tanque. Las proyecciones para despretrolizar las economías aun no son claras en el mundo, mientras que los avances más reales esperan resultados para el año 2050, pero este Gobierno pretende apagar los motores al año 2035 aproximadamente.
Ministra ¿Qué pasará cuando las reservas se agoten y no se haya avanzado en la generación de hidrocarburos de cara al año 2035? ¿Es esto una estrategia para acabar la confianza en la industria y luego ustedes como gobierno sacar ventajas en eventuales negociaciones? ¿Busca el actual gobierno crear caos para ganar poder y doblegar en el futuro a los sectores para así extender un proyecto político?
El país está muy atento sobre pronunciamientos serios en materia de continuidad y seguridad energética. Escuchar las versiones de la hoy ministra Vélez son un típico Sí, pero No, escuetas y repito, un acto que parece no tener mejoras en su puesta en escena. Aprovechen por estos días los espacios y encuentros de gabinete para organizar las ideas, porque hoy se están quedando sin argumentos, sin reputación, y puede que muy pronto sin empresas. A nadie le conviene una ministra sin combustible.