Sentimientos de incertidumbre y susto deben estar aterrando a los habitantes de Turquía, después de lo que se ha sabido en estos días posteriores a los terremotos en el suroeste del país y en Siria. Hay similitudes que nos obligan a tener en cuenta sus lecciones de inmediato.
Al fin de semana ya iban alrededor de 35,000 muertos pero los expertos ya hablan de que la cifra llegará a 90,000. El número de heridos ya pasó por esta cifra.
Después de los 18,000 muertos debido al terremoto de 1999, Turquía ha tenido como ley el código de construcciones sismo-resistentes.
No obstante, el presidente de la Cámara de Arquitectos de Turquía dijo que “los edificios fueron construidos con materiales y métodos inferiores, y que generalmente no cumplieron con los estándares gubernamentales” (Infobae). Y es que culpan a la corrupción endémica en el país y a las políticas gubernamentales, porque permitieron las llamadas “amnistías” para los contratistas, mediante las cuales podían pagar una multa para no actualizar las estructuras incumpliendo con las normas vigentes de construcción, con el fin de fomentar un auge inmobiliario (BBC).
Para nadie era desconocida la evidente amenaza sísmica pero “fue en gran medida ignorada dado que abordarla sería costoso, impopular y frenaría un motor clave del crecimiento económico del país”. Antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2018, el Gobierno del presidente Erdogan otorgó una de esas “amnistías” (Infobae).
Aún así, según las declaraciones del gobernante en la zona de desastre: “Estas cosas siempre han sucedido“, “Es parte del plan del destino” (BBC).
La Cámara de Ingenieros Geológicos de Turquía había instado desde 2021 al Gobierno a realizar estudios para garantizar que los edificios en la zona de desastre cumplieran los códigos y acabara con las amnistías. Y había advertido que la “indiferencia a la cultura de seguridad ante desastres” causaría muertes prevenibles (Infobae).
Por su parte, el presidente de la Unión de Cámaras de Ingenieros y Urbanistas de Estambul “estimó que hasta 75.000 edificios en la zona afectada por el terremoto han recibido amnistías”. Y el propio Ministro de Desarrollo Urbano había reconocido en 2018 que la mitad de los edificios en Turquía no cumplían (las normas mínimas) (Notas de Prensa).
Pese a todo esto, el Ministro de Justicia anunció el establecimiento de oficinas de investigación de terremotos (ABC News) y “están detrás de arquitectos, geólogos e ingenieros para que respondan por el desastre”. Ya van más de 130 bajo investigación y varios detenidos. Como si no hubiera responsabilidad del Estado en el desastre.
Para los expertos internacionales el asunto no es diferente. Por ejemplo, David Alexander, profesor de planificación de emergencias en el University College London, dijo: “Este es un desastre causado por una construcción de mala calidad, no por un terremoto”. Sin ambages señala a la muy probable vulnerabilidad de las edificaciones como la causa del desastre (VOA News).
Las normas mínimas funcionan
En primer lugar, hay que tener en cuenta que han sido dos terremotos principales atípicos, con movimientos simultáneos horizontales en dos direcciones (norte-sur y este-oeste) y vertical, con una gran intensidad (7.8 y 6.7, V a VII Ricther) y muy poco profundos (1 a 20 kilómetros) con cientos de réplicas. Lo muestra el terrible resultado en toda el área de influencia de los fuertísimos movimientos telúricos.
De los aproximadamente 20,000 edificios que se cayeron, se estima que entre 100 a 500 colapsaron a pesar de estar diseñados cumpliendo las últimas especificaciones (1). Hay que recordar que las normas apuntan a que no colapsen las estructuras aunque se dañen, porque salvar la vida es lo prioritario. Pese a que no han debido caerse, el dato es muy importante por dos aspectos:
- En términos generales muestra que sí funcionan las normas mínimas de diseño que contienen los códigos; que la ingeniería funciona. Pero que la mala política, la corrupción y anteponer objetivos económicos a la vida, producen desastres terribles.
- Estos sismos atípicos para éste “instante” del conocimiento humano al respecto, exigen una revisión profunda del estado del arte en el diseño y construcción de edificaciones, en Turquía y en todos los países con esta amenaza. La oportunidad de aprendizaje será enorme en todas las escuelas de ingeniería estructural alrededor del mundo, lo cual redundará en el mejoramiento de la seguridad en el diseño de los edificios.
¿Por qué esto tiene que ver con Colombia?
La situación en Turquía, en términos generales, es parecida en nuestro medio.
Según la estimación del ingeniero José Joaquín Alvarez, presidente de la Comisión de Estructuras y Construcción de la Sociedad Colombiana de Ingenieros -SCI-, en Colombia el 50% de las edificaciones son ilegales, es decir, no han pasado por ningún control de diseño o construcción (la mitad no cumplen las normas mínimas). Y del restante, entre 20 a 25% pese a que en su momento fueron legales y tuvieron licencia, pero fueron construidas antes de 1985, año en que entró en vigor el código para construcciones sismo-resistentes, no han sido actualizadas. Esto significa, nada menos, que tenemos del orden del 75% de las edificaciones vulnerables (datos Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático -IDIGER- y Ministerio de Vivienda). Aterrador.
No podemos olvidar que en Colombia hemos tenido casos de edificios colapsados sin la ocurrencia de un sismo, por cargas verticales únicamente (¡no eran capaces de sostener su peso propio!) con licencia, como el Space en Medellín (2013), y sin licencia, como el Blas de Leso en Cartagena (2017). Y los muchos que han tenido que ser demolidos en Medellín (ConfidencialColombia, R.Fonseca).
Advertencias
Desde 2018, la Sociedad Colombiana de Ingenieros instó al Gobierno a actuar por medio del pronunciamiento llamado “Solicitud de ajuste en procesos de negocio, diseño y construcción con miras a asegurar la calidad de las edificaciones y garantizar que sean seguras”, que contenía puntos clave (Revista Anales de Ingeniería, SCI, edición 946, página 10), entre otros:
- “Debe asegurarse el control a las construcciones por parte del Estado”.
- “La falta de diligencia o la no ejecución del control debido a actos corruptos, tanto los Funcionarios como los Promotores (propietarios) de las edificaciones, deben ser castigados con la máxima severidad que la ley permita para casos en los cuales se exponga la vida de los residentes de tales edificaciones”.
- “(…) dotar a las inspecciones de Policía de todo el país (1123 municipios) de los recursos idóneos especializados (…)”.
- (…) garantizar la real independencia del revisor técnico independiente y el supervisor técnico independiente, que se hablan en la ley 1796 de 2016, los decretos 945 y 1203 de 2017 y las resoluciones 462, 463 y 0017 de 2017 (…)”.
- (…) asignación de los Revisores, Supervisores y Curadores por reparto y con toda trasparencia, y controle que los honorarios a recibir por estas funciones sean los que están establecidos en la resolución 0017 cuya redacción debe ser modificada para que sean mínimos obligatorios y no simplemente sugeridos, y no estén sometidos a ningún tipo de negociación”.
- “(…) emprender la revisión de todas las edificaciones a nivel nacional con problemas de licenciamiento, o en las cuales se tenga noticia de sub-diseños, hiper-optimización de diseños, o que su diseño se hizo con reducciones de los factores de seguridad, por fuera de las recomendaciones, normas técnicas y marco jurídico vigente (…)”.
- “(…) extenderse esta revisión generalizada a aquellas edificaciones que por su vejez o por su carácter de informalidad, puedan no cumplir con la NSR-10, y puedan presentar una vulnerabilidad apreciable frente a la amenaza sísmica, para determinar la posibilidad de reparación y/o reforzamiento o la necesidad de reemplazo de la estructura (…)”.
- “(…) cumplirse la revisión y posterior reparación y/o reforzamiento de las estructuras públicas priorizadas que se encuentran aún sin tales trabajos urgentes establecidos en el marco legal vigente para edificaciones
- “(…) crear el marco legal y económico para facilitar que se adelanten las revisiones de las edificaciones pertenecientes a privados, y sus posteriores reparaciones y/o reforzamientos o demolición y nueva construcción, que logre bajar en forma real la vulnerabilidad frente a la amenaza sísmica en el menor tiempo posible (…)”.
Los ajustes son lentos en nuestro país. Al igual que en Turquía, es como si el Gobierno no tuviera que ver con la seguridad de la vida de sus compatriotas. Siendo su responsabilidad. Las lecciones del medio oriente nos enseñan que sí suceden sismos muy fuertes y que tarde o temprano le pasan factura a todos los problemas similares con los que convivimos.
Avances
Actualmente el Servicio Geológico Colombiano -SGC- está adelantando el Modelo Nacional de Riesgo Sísmico coordinado por la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería -ACOFI- con el concurso de expertos de varias de las más prestigiosas universidades. El Modelo servirá para estimar % muertos, # edificaciones que se dañarían y % Producto Interno Bruto -PIB- que se afectaría si hubiera un terremoto en alguna parte del país.
En Turquía ya se estima que la destrucción va a costar el 10% del PIB. Esta cifra es muy importante porque le aclara muy bien a los gobernantes que es menos costoso disminuir la vulnerabilidad de las edificaciones que enfrentar un desastre semejante y además reconstruir.
Para hacerse una idea, los expertos de la Asociación de Ingeniería Sísmica -AIS- hablan de que en Bogotá, dadas todas sus circunstancias, los muertos podrían estar entre 0.8% y 1% para un evento devastador como el de Turquía, es decir, unas 90,000 personas. Terrible. (para Japón o USA podría estar entre el 0.2% y el 0.3% puesto que sus circunstancias son bien diferentes: legalidad, cumplimiento de normas, diseños anti-sísmicos).
Ministerio de Vivienda, Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres, IDIGER, Gobierno: ¡hay que actuar responsablemente, ya!
Rafael Fonseca Zárate
@refonsecaz
Nota (1): es necesario esperar a la estadística rigurosa con los edificios colapsados, el año de construcción y si hubo el diseño estructural por parte de un ingeniero, para la conclusión final.