El excelentísimo señor embajador de Colombia en Venezuela

No deja buena impresión las opiniones en Twitter del excongresista y ahora excelentísimo embajador de Colombia en Venezuela, señor, Armando Benedetti, quien se supone, que por su investidura de diplomático debería guardar prudencia y distancia del debate político interno.

Sí Benedetti ocupara un cargo político, se entendería su insistencia de meterse en las polémicas de los aconteceres nacionales, pero no es así, y lo más curioso de este asunto es que en el Gobierno anterior, la izquierda le llamó la atención al presidente Duque porque el entonces embajador de Colombia en los Estados Unidos, Francisco Santos, hablaba de lo divino y lo humano por sus redes sociales pero ahora cuando uno de los suyos hace lo mismo, guardan silencio.

Hasta donde entiendo, los cargos diplomáticos obligan a quienes lo ejercen a guardar prudencia y a mantener distancia de los debates políticos internos. Sí es así, ¿por qué entonces se le permite al señor Benedetti actuar de esta manera? ¿es que acaso hicieron reglas especiales para el embajador de Colombia en Venezuela?, pero, además, ¿Por qué el silencio del canciller Leyva? y ¿Por qué la Procuraduría no ha hecho el control de advertencia?

Puede que en Venezuela no operen las reglas y cada quien hace lo que se de le gana, no me extrañaría que esa sea la motivación para que Benedetti aceptara la misión, pero que pena, el manual de procedimiento del servicio diplomático nuestro, no lo establece el país vecino, ya está redactado por Colombia desde hace mucho.

El presidente, Gustavo Petro, decidió dar continuidad a la tendencia de nombrar en el servició diplomático a quienes tienen problemas con la justicia en Colombia, por lo anterior, no me extrañó que pusiera a Benedetti en el cargo de embajador, al fin de cuentas si algo ha tenido el excongresista, es problemas con la justicia. Pero ya que decidió dar continuidad a la costumbre en Colombia de otorgar ese tipo de premios, por lo menos que haga algo por meterlo en cintura y hacerle entender que debe mantenerse al margen de los debates políticos internos.

Todos sabíamos que Armando Benedetti no se iba a quedar con las manos vacías, que algo iba a sacar del Gobierno Petro y, que esto no se limitaría a unos cuantos nombramientos en el Palacio de Nariño, que iba más allá. Lo que nunca nos imaginamos es que lograría un cargo de embajador, y no porque no tenga la astucia para manejarlo ni desenvolverse bien sino porque no sabe controlar su lengua, cosa que como embajador tendría que hacer.

@sevillanoscar  

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