Un tribunal estadounidense determinó que Google deberá pagar 32,5 millones de dólares por emplear sin permiso algunas de sus innovaciones en los sistemas de sonido del fabricante de altavoces inteligentes y ordenadores portátiles, Sonos.
El enfrentamiento legal entre ambas marcas comenzó en enero de 2020, cuando el fabricante de altavoces presentó una demanda en Estados unidos contra Google por infracción de sus patentes, asegurando que esta se hizo de forma inadecuada.
Concretamente, Google habría hecho un mal uso de su tecnología y de su ‘software’ en los productos de Sonos después de que ambos firmaran un acuerdo de colaboración en 2013 para introducir en estos altavoces servicios como Google Play Music.
Tras su estudio, la ITC determinó en enero de 2022 que Google debía realizar los cambios de ‘software’ necesarios y previamente aprobados para librarse del bloqueo a sus productos fabricados fuera de Estados Unidos e importados para su venta en este país, a fin de evitar que sus productos quedasen retenidos en las aduanas.
En agosto de ese mismo año, fue Google la que contrademandó al frabricante de equipos de sonido, con dos denuncias en las que alegaba que había infringido siete de sus patentes relacionadas con sus altavoces inteligentes y la tecnología de control por voz.
El jurado ha dictaminado en su veredicto, al que ha tenido acceso The Verge, que Google deberá abonar 2,30 dólares en ‘royalties’ por cada unidad que infringiera la patente vendida y apunta a que, en total, distribuyó 14.133.558 unidades.
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