Pedir perdón está de moda

Opinión. No sé si pedir perdón, costumbre que parece haberse puesto de moda en Colombia es la muestra fehaciente de que estamos dispuestos a reconciliarnos y no continuar por la via de la agresión y la intolerancia.

No sé si pedir perdón, costumbre que parece haberse puesto de moda en Colombia es la muestra fehaciente de que estamos dispuestos a reconciliarnos y no continuar por la via de la agresión y la intolerancia. Si es así, vale la pena utilizar un adagio popular que a la letra, “Si así llueve que nunca Escampe”.

El problema es que las excusas que algunos líderes políticos en Colombia presentan luego de caer en cuenta de los errores cometidos, no suenan tan convincentes como sí lo son las ofensas que se reciben con tamañas equivocaciones. Es por esto que por ejemplo, el perdón solicitado por el presidente Belisario Betancourt, como muestra de un supuesto arrepentimiento por los excesos de los militares y policías tras la retoma del Palacio de Justicia en 1985, no fueron nada creíbles, ni para la opinión pública, ni para los colombianos del común, quienes estamos convencidos de que durante los dos días que sucedieron estos terribles hechos, en Colombia se presentó un golpe de Estado.

De otra forma no se entiende como una persona que durante buena parte de su mandato se mostró a favor de una salida negociada al conflicto, durante la sangrienta toma y retoma del Palacio de Justicia no haya movido un solo dedo para evitar la masacre perpetrada tanto por agentes del Estado como por la misma guerrilla del M – 19.

Será por eso que me pareció más razonable la actitud de Noemí Sanín al no mostrar ningún acto de arrepentimiento por no permitir que los noticieros transmitieran los hechos y si en cambio ordenar la transmisión de un partido de fútbol. La ex ministra sabe muy bien el error que cometió, pero hay que ser conscientes de una cosa y es que ella era una funcionaria que cumplió una orden. ¿Quién dio esa orden?, es la pregunta que hasta el momento nadie ha respondido.

Más que actos de arrepentimiento y perdón, lo que Colombia está pidiendo es que se diga la verdad de los hechos ocurridos durante la toma y la retoma del Palacio de Justicia y sobre todo, si se conocían informes de inteligencia que indicaban lo que iba a suceder, ¿Por qué no se tomaron las medidas de seguridad necesarias para evitar el ataque guerrillero y la posterior masacre? Y lo más importante, ¿dónde están los cadáveres de los desaparecidos?.

No sé si será mucho pedir, si será muy pretencioso pedir la verdad de los hechos, pero es claro que cuando alguien pide perdón por algún error, lo primero que debe hacer es ser sincero y contar lo que sabe. Sin embargo, en Colombia se ha preferido mostrar arrepentimiento para seguir en las mismas.

Es por esto que las excusas públicas que piden quienes han cometidos tamaños errores, parece más bien un saludo a la bandera que un acto de arrepentimiento. Así sonaron los repetidos actos de perdón solicitados por Álvaro Uribe cuando en su cargo como primer mandatario del país insultaba a todo el que le mostrara algún error, para luego decir “perdónenme”. Así mismo sonaron las palabras de arrepentimiento de Francisco Santos cuando propuso reducir con choques eléctricos a los jóvenes que protestaban por la Reforma a la Educación de Juan Manuel Santos y así mismo sonaron las palabras de Nicolás Gaviria cuando uso la frase que a diario utilizan las personas que en Colombia ostentan algún grado de poder “¿Usted no sabe quién soy yo?”.

Ojalá que quienes manejan la política en Colombia caigan en cuenta de que los ciudadanos del común no queremos más actos donde se demuestre la hipocresía de nuestros dirigentes, sino que está vaya acompañada de verdad y sobre todo del compromiso de no repetición.