No quiero aguarle la fiesta al alcalde Petro y a sus familiares políticos por la decisión tomada por el alcalde Adhoc Gabriel Vallejo, a través de la cual da vía libre a la construcción de un conjunto residencial en cercanías al humedal de la Conejera en Bogotá, pero una vez más el burgomaestre demostró su falta de compromiso con la ciudad e irresponsabilidad, al permitir que personas cercanas a su entorno íntimo, den inicio a la destrucción de uno de las pocas reservas ambientales que aún le quedan a la capital.
Desde el segundo año de su administración, cuando ya se puede evaluar a un mandatario, me di cuenta de que Gustavo Petro poca idea tenía de gobernar una ciudad, y que con su improvisación, lo único que iba a causar en la capital eran males, lo que si no pensé es que su irresponsabilidad, llegara al punto de permitir que sus familiares den inicio a la destrucción del Humedal de la Conejera.
Puede ser que los planos y lo mapas tengan razón y por ahora la construcción de la familia política de Petro, no destruya el Humedal de la Conejera, pero yo le pregunto una cosa señor alcalde, ¿lo harán también quienes habiten esos apartamentos?; ¿Cómo garantiza usted que quienes lleguen a vivir en ese conjunto van a cuidar del humedal y no lo van a volver toda una cloaca?, y lo más importantes ¿Será esta la única construcción de viviendas en este sector?. Lo dudo.
La destrucción de los humedales en Bogotá, como consecuencia de la construcción indiscriminada de vivienda es un hecho que año tras año se ha incrementado en Bogotá, a partir de la administración de Enrique Peñalosa, quien en su afán por levantar una ciudad faraónica, pasó por encima de estas reservas, quitándoles extensos terrenos a los humedales cercanos a los barrios Patio Bonito y Tintal, para construir viviendas de interés social, que fue lo que a la postre terminó por provocar inundaciones en esta zona cuando se presentó el fenómeno de la niña, porque el rio Bogotá no tenía a donde vertir toda la cantidad de agua que le llegó producto de la gran cantidad de lluvias en ese entonces.
Sin embargo parece que el alcalde Petro no tomó nota de las consecuencias que trajo para la ciudad estas construcciones, y permite que se abra el camino para que poco a poco lleguen más proyectos de vivienda y le quiten espacio a esta reserva ambiental.
Este es el problema que usted señor alcalde, siendo complaciente con la familia de su esposa, nos deja a los bogotanos, porque de aquí en adelante, muchos van a querer hacer lo mismo, que es lo que me sorprende en la decisión que tomó el alcalde Adhoc Gabriel Vallejo, quien no fue capaz de escapar a las decisiones cortoplacistas con las que se gobierna este país, y que no evitan hechos que en un futuro van a causar daño.
Que las cosas se hagan mal en la administración de Gustavo Petro, es pan de todos los días y por eso no nos extraña nada de lo que ocurre, pero la verdad debo decir que se esperaba un poco más del ministro Vallejo. Es por esto que también pregunto, ¿en adelante quien va a evitar que otra constructora se le dé por levantar viviendas en cercanías a la conejera?; ¿Con que autoridad moral Gustavo Petro les va a negar la autorización, cuando ya una vez la permitió y nada menos que a sus familiares?.
Muy agradecidos estaremos con usted alcalde Petro, porque por su particular e irresponsable manera de gobernar a la ciudad, en menos de diez años vamos a perder una de las pocas reservas ambientales que nos quedan.