El clásico se quedó en tablas, todo se definirá en el Santiago Bernabéu

De los últimos años, el clásico entre Barcelona y Real Madrid con menos expectativa se iba a jugar este miércoles. Con Lionel Messi desde el banco y Ousmane Dembélé lesionado, el partido carecía de emoción en la entrada. Ni hablar de la ausencia de Cristiano Ronaldo que todavía pesa en la escuadra del equipo madridista.

Sin embargo, el espectáculo respondió a lo que el público pedía y desde el terreno de juego, los jugadores de ambos equipos estaban acercándose con peligro al área rival. Desde el primer minuto se vio una clara intención de vértigo por parte de la visita.

Fue precisamente cuando en el minuto 6 se abrió el marcador tras un gesto técnico grandioso de Karim Benzema que bajó el balón con el pecho tras un centro y le dejó la pelota servida a Lucas Vásquez, quien solamente tuvo que definir ante Ter Stegen para vencerlo.

A partir de ese gol, el equipo catalán se vino encima. Los dirigidos por Ernesto Valverde empezaron a someter a Keylor Navas, que atajó un mano a mano a Malcom, el más incisivo de los locales. Después Gerard Piqué estrelló un balón en el palo tras un cabezazo y con el 0-1 parcial ambos equipos se fueron al descanso.

Para la segunda mitad, Barcelona encimó a su rival y en una contra donde Navas le atajó un pie a mano a Jordi Alba, Coutinho tomó el rebote y pateó, pegó en el palo y Malcom rescató el balón para mandarlo al fondo empatando el ‘Suerclásico’. Este gol se dio al minuto 57.

Después iba a entrar Messi al minuto 63 y los culés estuvieron al menos más cómodos, aunque el técnico tuvo que sustituir a Malcom por una molestia y al final el equipo ‘merengue’ supo defenderse bien para evitar perder de visitante dejando que todo se defina en el Santiago Bernabéu el próximo 27 de febrero.

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