El Real Madrid encontró consuelo en Abu Dabi después de un convulso final de 2018 conquistando, por tercera temporada consecutiva, el Mundial de Clubes de la FIFA, un torneo descafeinado que -no por eso- exime al campeón de lucir corona durante 365 días, después de derrotar al Al Ain por un contundente 3-0.
El equipo de Solari se olvidó de sus dudas, del cambio de entrenador, de la vergüenza del CSKA e incluso de los pírricos triunfos ante Huesca y Rayo que sólo dejaron los tres puntos. Esta semana, en territorio emiratí, el Madrid cumplió con su obligación y añadió oro y brillantes a su ya dilatada sala de trofeos.
No hubo minutos de excelencia -tampoco lo permitió la entidad del rival- pero los merengues ofrecieron un buen nivel, estuvieron sobrios en defensa y aprovecharon sus oportunidades para llevarse el premio a la buchaca. En las semifinales fue Bale y en la final resultó una suma de fuerzas capitaneada por el croata Luka Modric.
El reciente ‘Balón de Oro’ lideró la construcción en los momentos de presión más elevada del rival y asestó el golpe inicial cuando el melón todavía estaba por abrir. Benzema fue su mejor socio, demostrando su gran nivel en este Mundial y esta temporada, y Modric impactó con el empeine frontal para batir a Eisa con gran autoridad.
El gol animó a un Real Madrid que había sufrido minutos antes una ocasión clarísima del Al Ain en botas de Mohammed Fayez, que se disfrazó de Maradona tras un error grosero de Marcelo. El remate iba a gol pero Ramos pudo sacarlo bajo palos. A partir de ahí, gol incluido de Modric, los de Solari pudieron haberse marchado al descanso con mejor renta.
Benzema rozó el larguero en un disparo desde el corazón del área y Bale remató con la testa un buen centro desde el costado derecho. Ambos avisos fueron la antesala del segundo tanto, aunque para ello hubo que esperar hasta la segunda mitad y a la inspiración del joven Marcos Llorente, que ha pasado de estar defenestrado a lograr un sitio en el once.
El centrocampista madrileño empaló un balón sin dueño en el balcón del área y fusiló al portero del Al Ain. El gol dejó helado al conjunto anfitrión, que vio cómo se esfumaba cualquier opción de que el ‘smart’ ganase la carrera al Mercedes, haciendo el mismo símil que utilizó el técnico del Al Ain en la previa a la final.
Ramos y Vinicius completan la fiesta
Modric buscó el tercero en una gran jugada personal que no pudo culminar Lucas, ni tan siquiera Bale, que buscó repetir la chilena de Kiev, aunque sin suerte. De ahí, y tras algún intento del equipo emiratí, llegó el tercero de la noche, obra de Sergio Ramos en un córner. El camero firmó una de sus especialidades y confirmó un nuevo título, el tercero para el Real Madrid esta temporada tras Champions y Supercopa de España.
Los ‘locales’ maquillaron el luminoso con un buen testarazo de Shiotani, pero Vinicius -recién entrado al terreon de juego- completó la fiesta merengue con una jugada sensacional. El brasileño, que entró al verde en lugar del castigado Isco’, ingenió el cuarto gol que acabó marcándose en propia meta Nader.
La victoria permite al Real Madrid tapar sus errores y hacer olvidar las penas que ha vivido desde el pasado mes de octubre. El cambio de entrenador y la llegada de la segunda fase de la temporada es la esperanza para el actual campeón de Europa, que no juega finales, sólo las gana.